lunes, 13 de octubre de 2008

A veces, Oscar

A veces, decimos quiénes no somos. A veces somos quiénes no decimos. El tiempo se desviste lento, preciso y coqueto frente a nuestras dudas. Te irás de a poquito, sin ruido, sin presumir, sin estremecer al gris portero de tu finca pero las calles seguirán recibiendo el barro atroz de tu lluvia. Mientras, en tu rincón azul, seguirás proclamando lo que serás pero no deseas. Obligado a permanecer en nuestra carnal memoria, irás menguando, achicando espacios.
Tal vez, la suerte se alíe con tus afortunados y te regresen retales de lotería, tal vez seas. Tal vez nos pintes mejor esta estancia en el planeta.
Allá vamos, con prisa, ansiosos, con ganas de coser las pocas certezas obtenidas al dobladillo del mundo.
Oscar brinda: Cicuta para todos. La bebemos a sabiendas, con la certeza de los innombrables. Oscar sabe más que todos y todos lo sabemos.
Ahí va: por tí, hermano, compañero de la Gran Tragicomedia. El mundo es nuestro teniéndote a tí.

lunes, 29 de septiembre de 2008

FÁBULA IMPROCEDENTE DE OTOÑO. EL DESPERTAR DE BARCULIA

1. EL ARRIBO DE MERKEL-LI-RIPOU


Nunca quiso que le otorgasen la gracia de esta tiranía, que la desterrasen al país de las lenguas perdidas, al reino más pequeño del Gran Imperio de Ripoudia, regentado por la estirpe de los Ripou desde hacía 300 años. La suerte estaba echada para Merkel-Li-Ripou; los dados se empeñaban en los unos y no pudo obtener de su padre y emperador, Shusta-Ba-Ripou, más que el gobierno del reino de Barculia. En otros tiempos, esta tierra de bibliotecarios suponía un peldaño, un escaparate, el punto de partida hacia la corte imperial de TazMoncol. Antes de Merkel-Li-Ripou, Egus-Ba-Ripou, tío de Merkel, torturó a sus ciudadanos sin despeinarse, lo que tiene mérito pues su cólera traspasó las lindes del imperio aunque se las ingenió para hacerse necesario como Mandón Imperial de las Palabras Ambiguas. En su primer paseo por la Gran Avenida de las Artes, Merkel, quedó preocupada por la omnipresencia de su antecesor. Tendria que sobreponerse y librarse de las 6.000 esfinges y los 2.000 retratos con los que había colmado el reino, en su inagotable voracidad propagandística. Egus, alias El Cardado, casi liquidó las arcas de Barculia, aumentando escandalosamente la partida dedicada a su autoalabanza pero, a fuerza de multiplicarse en imágenes, alcanzó el peldaño más preciado. Contaba con la ceguera de su hermano, el emperador, cuya debilidad por la propaganda del gesto desdibujaba cualquier rasgo de cordura. Nadie como Egus para multiplicarla por cada rincón. La espléndida visión de una Barculia reinventada con grandes bibliotecas y templos dedicados al Gran Diccionario de la Fanfarronería disminuyó el detalle de que en la mayoría de estos edificios, en su interior, apenas había libros en las estanterías, ni mesas apropiadas para el estudio, ni conservadores bien formados.
Merkel-Li-Ripou llegó a Barculia con poco equipaje y mucha rabia agazapada en su espíritu. Acompañada de su leal Max Biempobre, un mediocre poeta que desayunaba cada mañana un poema de los buenos remojado en sopa de ortiga, esperando que ese conjuro le tocase el alma, aunque fuera de ladito y alimentase su incapacidad lírica. La nueva gobernanta observó el plantel de altos ejecutivos que su tio Egus había dejado a su servicio. Si bien todos tenían la maldad suficiente como para formar parte de su ejecutivo, sólo se interesó por uno que combinaba las dos cualidades que ella consideraba necesarias para su mandato. La mezquindad y el servilismo de Ramsóm Depodar la llevaron al borde de su emoción. Para ostentar un alto cargo en Barculia, uno no debía ser ni muy listo ni muy tonto, pero el servilismo se premiaba, sobre todo si iba acompañado de una especial destreza para el saqueo y el terror. Ramsóm Depodar, sin duda, disponía de esas cualidades, a las que debía añadir un miedo atroz a no ser nadie. Todos en Barculia evitaban acercarse a él por dos razones: su mal olor corporal y sus dotes de torturador. Corría el rumor en todo el reino de que era peor acercarse a él que sufrir su colérica bronca rebosante de insultos y vejaciones. En el Consejo de Mandones, sus propios colegas se rifaban los puestos más alejados al suyo. Los condenados a sentarse junto a él, se rellenaban los huecos de la nariz con bolitas de algodón empapadas en hierbabuena para soportar las reuniones semanales del Consejo.
Merkel-Li-Ripou detuvo con largueza su mirada sobre los estrábicos ojos de Ramsóm. Dedujo que ese defecto se debía más bien a su carácter psicópata que a una degeneración física. Ramsóm era el Mandón General de Digitalia, la cancillería más relumbrante en la época de la imagen. Merkel creía comprender a su tío Egus por haber nombrado a este encorvado con apariencia de buitre abandonado en tan codiciado puesto: la propaganda es la propaganda, se dijo mientras torcía la nariz. No haré que se bañe, me conviene ese mal olor,mmm… Contrarrestaré con mi voz de soprano … En ese instante, Merkel compuso su estrategia. Antes de eliminar al plantel heredado de Egus, haría su farsa de la sencillez, es decir, visitaría todas las estancias administrativas y saludaría, uno a uno, a todos los empleados del reino. Su inseparable Max Biempobre estaría a su lado en su primera visita a las seis plantas del Palacio de las Siete Mandatas. Con estudiadas paraditas preguntó al encargado de intendencia, a la jefa de limpieza o a los vigilantes de puerta por su familia o el desempeño de su labor. Algo la inquietaba en su camino, mucho más que la omnipresente imagen de su tío Egus por cada rincón del edificio, algo que no podía descifrar ni su potente agudeza. Se le aclararon la ideas cuando llegó a la quinta planta: El joven Párvel Sequer, un oficial de imagen, al ser preguntado por su condición en el trabajo, le respondió con la sinceridad de los nobles de alma, con la valentía de los que saben darse por perdidos: Estaríamos mejor si nos devolvieran las tinajas de agua. Al requerírsele una explicación más exacta, no se detuvo Párvel, a pesar de la desafiante mirada de Ramsóm que, a esas horas, empezaba a afilar sus dagas contra el muchacho: Brutus el Lancero nos castigó por reclamar el domingo como festivo. Salió al quite su jefe y servil mano derecha (más bien garra sin más) de Ramsóm Depodar, Magno Lonetto. El fiel compinche de Ramsóm era todo un compendio de la impostación. Decían las lenguas que en realidad se llamaba Zaldos Corectus, un suevo, un conocido delincuente en la gendarmería de Cerdeñita. Se tenía la certeza de que había matado al verdadero sujeto que portaba su actual nombre y apellido. Intentó borrar la osadía de Párvel con un dramático gesto: Su Altanería, bienvenida a erta su casa, y, mientras su rodilla se estrellaba contra el mármol, sus dedos sudorosos depositaron un gran retrato enmarcado en plata cordobesa en los brazos de su nueva ama. Ignorando la ridiculez del gesto, ella traspasó el pesado obsequio a su chambelán, Max Biempobre, tratando de avanzar por la sala de los artistas. Merkel notó un nudo en el estómago. Algo parecido a la angustia descolocó su humor y pensó en abreviar su farsa del congraciarse porque no era éste el teatro que se había tejido. Aún así decidió avanzar, pero el forzudo jefe de pantallas, Cósimo Ávralos, rompió el aire a su paso y, sin detenerse en el cortejo, se carcajeó del cuadro: ¿Pero estamos en Flamencolandia? Tarde comprendió que la escena obligaba a una compostura para la que no estaba preparado. Jamás había visto a Egus fuera de las grandes ceremonias, y de Merkel-Li-Ripou solo atinó a fijarse en su melena de estropajo. Una carcajada aún más impertinente sonó al final del pasillo: una chica saludó alegre a Cósimo y se fue con él sin que la nueva tirana pudiera echarle el ojo. Como si nada pasara, Merkel sobreactuaba escondiendo su lividez. Ramsóm Depodar le propuso acercarse al estudio de pintura. Fue ahí donde la comedia rozó el fracaso: Las hermanas pintoras, Clara y Elisa Martoli, sin dejar de ser educadas, saludaron a la nueva mandataria con un breve y unísono: "Bien, gracias", levantándose para ir a desayunar. Se les unió al número otro compañero pintor, Francesc Cuétar. Ramsóm, tragando toda su saliva, tiró de la chaqueta del Jefe de la Biblioteca Digital, Maranus Mikeli, quien, por no caer sobre Merkel, aplastó el pie a Max Biempobre. Las explicaciones de Maranus tratando de sacar el do más alto de su voz para apaciguar el ruidoso abandono de los artistas corriendo felices a repostar su ánimo, fue preludio del golpe de gracia. Párvel, que aún seguía en la escena, remató el esperpento: Bienvenida, señora, me bajo a desayunar. Magno Lonetto y Ramsóm Depodar intentaron agrandarse, conservar la fanfarria de la etiqueta pero Merkel se resintió. Ya tuvo suficiente. La sexta planta sería un rápido pasar con promesa mentirosa. Ya volvería con tiempo. Pero la sexta planta, de repente, se hizo décima. En el rellano de la escalera, el encargado de Publicaciones Barculianas, Dómine Cáster, se dirigió airado y sin miramiento a Magno Lonetto: ¿Cómo crees que puedo publicar tu panfleto si pones ensayo con "ll" y obra con "h"? Le arrojó los folios a los pies y se giró gritando: No imprimo nada tuyo hasta que vayas a la escuela nocturna. Buenos días.
Esa noche, Merkel-Li-Ripou odió a su padre, a Egus, a todo el mundo. Asegurándose de que todo el servicio dormía, derramó su rabia contra el secreter. La suave voz que la distinguía desapareció en las tinieblas de Barculia. Desentonó, sobrehumana y herida, sus intenciones de urgencia: Me quedo con Ramsóm. A éste le puedo medir su debilidad. Lo haré temblar hasta que acabe con todos. Y los voy a ahogar con tinajas de agua. El servicio, alarmado, se levantó con los desgarros creyendo que urracas enloquecidas habían invadido de nuevo los altos del palacio. Esos alaridos no podían ser humanos. Solo Max Biempobre prosiguió su tarea,que no era otra que copiar "Contra Jaime Gil de Biedma" para atragantarse el siguiente desayuno. Mientras cortaba el poema en pedacitos con los que condimentar su sopa de ortigas, alcanzó a descifrar el último lamento de su dueña: ¡Son inteligentes!
Ni uno ni otra sabían todavía la conveniente ristra de embustes que tendrían que fabricar para adueñarse del lugar.

martes, 23 de septiembre de 2008

VISIONES TERRIBLES, AVISOS FELICES

Hoy me había prometido colgar una historia que me tiene bien enredada pero el paroncito para la cena la dejó a medias. En realidad, no sólo fue la pena de ver ese documental tan atroz que han pasado en Documentos T V, "El negocio de la ocupación"., el que me ha sacado de mi relato, sino que mis días últimos han sido un viaje por todos los humores posibles. He pasado de la angustia a la risa, de la desesperanza al entusiasmo, del enfado a la melancolía, del desasosiego a la calma. En resumen, la triste historia de la pequeña Sáhara, la brevedad de su vida merced a la desvergüenza gringa y su afán saqueador por las ruinas de Irak, me ha dejado a los pies de mi pudor. He reflexionado sobre las pequeñas y grandes batallas y, finalmente, he concluido que todas deben pelearse,y en ese galope, he recobrado la esperanza. La minúscula contienda en la que me parapeto se ha deslizado hacia la perplejidad yla comedia. Total: lo que parecía el cuento terrible de la nueva Mili Tolstoi, se ha transformado en una fábula que no acabo de escribir porque la carcajada me interrumpe. Si no nos matamos todos, hay que seguir bregando, o sea, que mejor contarlo en renglones graciosamente torcidos que no caerse con los retorcidos.
Os adelanto el título:
FÁBULA IMPROCEDENTE DE OTOÑO. EL DESPERTAR DE BARCULIA.
Muy prontito, en este blog.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

SI FUERA

Un día u otro, una noche, un silbido borrando el eco del viento solano. Y si fuera quien no seré, la sombra de un deseo, la elección de otro que no interesa. Y si fuera un río seco, una loma verde, un toro hambriento… y si fuera espuma de cerveza, amor por desvelar, risa interrumpida por el rayo. Y si fuera, voz rota y triste, alegría huérfana, voto corrupto habitando en las lindes impías del amo… y si fuera un dolor agudo, un cólico, un infarto. Y si fuera la niña huyendo hacia los mares invisibles de Moreea, y si fuera…. Hoy es el día de la condición. Todo fluye, todo se rompe, toda va…va…va… y que vengan los duendes a congraciarse, a rendir cuentas, a saquear la mina de esmeraldas, que vengan ya, que rescaten lo que aún permanece…

lunes, 8 de septiembre de 2008

SEPTIEMBRE O EL FASCINANTE MUNDO DEL BORDADO

Costó abrir el cuaderno de las palabras temblorosas. Es septiembre. Tiempo de principios y nuevos códigos. Aún saboreo la pastela de Hasna en el barrio de Sidi Ultman, en la infernal Casablanca. Pastela y Orangina. Placeres solapados por la publicidad hispana. Cuento los minutos y las monedas antes de las grandes decisiones. Lloro, río y miro el mundo esperando que se rompa. Madrid coquetea con la lluvia, yo trato de seducir a la vida. Ni cómo ni cuando, así se presentan las horas. Vísperas de Justicia. Camus , estrellado y bien muertito sigue repartiendo culpas y soledades entre los artistas. La luna, perezosa se entretiene en su cuarto creciente. Los abrazos y las risas rodean el regreso. ¿Y si ya no tengo memoria? ¿Y si no recuerdo el lugar del que vengo? ¿Y si no vine? ¿Y si no estoy? Solo entiendo que las nubes, perezosas, amenazan lluvia, pero no se deciden. Esto me provoca una furibunda desesperación, una absurda batalla contra la pertinaz adolescencia. Nuevo corte de cabello, nueva figura. Borrando las fatigas y las fiebres. Y allá vamos. A lo que venga. Mordiendo el miedo pero p’alante. Hay otra pero me gusta ese deje poético de la falsa resignación. El vivo nunca se resigna. Sólo lanzo este suspiro septembrino, a modo de saludo. Ya tocaba redoblar los nudos sobre vuestras almas. Aún persigo la indecente necesidad de la conversación. Os regalo mis recuerdos de Shiraz, el té perfumado de Nayat, la brisa rabatí, el deseo en rebeldía, los ecos de las olimpiadas. Volver. Renacer. Desoír la promesa televisiva del plácido otoño en fascículos. Hasta muy pronto.

martes, 15 de julio de 2008

LA EXTRAÑA DESAPARICIÓN DE LA REPÚBLICA DE CALAMBURA.

En el primer capítulo: Lorenzo Rivas, llega a la isla de Calambura. Es el primer embajador español en la pequeña República. No contaba el joven embajador encontrarse con un país en tan extrañas circunstancias. Un aeropuerto solitario y un muerto en su residencia le dice que su misión no va a ser fácil (Para leer todos los capítulos, pincha en novela colectiva).

Capítulo II: El mapa equivocado.

Por Teresa Domingo

Lorenzo no salía de su asombro. ¿Era posible que el ministro de defensa colombiano, José Manuel Santos, estuviera detrás del asesinato de aquel hombre? ¿Por qué? ¿Qué tenía en contra suya? Y lo más intrigante ¿qué hace este señor en la pequeña isla de Calambura?

Lorenzo vio como el Rolls se alejaba con el misterio en su interior. “¿Y ahora qué carajo hago?”. Lo primero que hizo fue acercarse al mueble bar…vacío. A la nevera…vacía también. Finalmente, al no encontrar nada para beber y tranquilizarse, encendió un cigarrillo y se planteó llamar a la policía. Sí era lo que tenía que hacer.

“¿Operadora? Soy Lorenzo Rivas, embajador de España (…) No, no con España, con la policía, por favor (…) ¿cómo que con qué policía? Pues con la que tengan ustedes, yo acabo de llegar (…) No, no se lo puedo decir. (…) Bueno pues gracias de todos modos”
Colgó. Así que no disponen de seguridad. La patrulla más cercana estaba a 5 horas en lancha. ¡¡5 horas!! Más le valía andarse con ojo si no quería acabar como…¡el conserje! Todavía estaba flotando en su piscina. Tendría que sacarlo el mismo de allí.

Bajó las escaleras y salió al jardín, rodeó la casa y llegó a la piscina, pero sólo encontró el agua teñida de sangre y un reguero de agua que iba hacia la playa. ¿Qué hacer? Se dispuso a seguir el rastro cuando vio en el suelo una tarjeta de visita mojada y arrugada. La cogió y leyó: “558 PARK ST. ROSE STUNTON. 17:00”. Miró el reloj, eran las 16:20, tenía tiempo de ir, ver quien era esa Rose Stunton y por qué estaba su tarjeta junto a un cadáver desaparecido. “Un momento, ¿qué carajo estoy haciendo? Debería avisar a la policía y no jugar a detectives, pero sólo queda media hora para la cita…”
No había más que pensar, su conserje había sido asesinado y ahora su cuerpo había desaparecido. Se acercó al teléfono “¿Operadora? Sí, el mismo, con la policía, por favor, quiero denunciar una desaparición”.

5 minutos más tarde Lorenzo se estaba cambiando el traje por un polo de sport, pantalones cortos y zapatillas, se puso las gafas de sol y se dirigió al 558 de Park St.
La policía llegaría como pronto a las 10:30, por lo que tenía tiempo para ir, ojear un poco y regresar a tiempo para la denuncia, así seguro que podía dar algo más de información.
Lorenzo caminaba deprisa, echando un vistazo de vez en cuando a un mapa que cogió en el aeropuerto. Llegó con diez minutos de antelación a la cita misteriosa.

En el 558 de Park St. Había un complejo de oficinas con un gran jardín en la entrada, con una fuente en el centro y dos bancos enfrentados junto a ella. Decidió sentarse y esperar. Sacó el mapa de su bolsillo y se puso a ojearlo, como disimulando. Se dio cuenta de que si aparecían las personas citadas no se iba a poder esconder en ningún sitio. Quizá estaría mejor situado a la entrada del jardín.
Se levantó del banco justo cuando una mujer avanzaba por el paseo en su dirección. Lorenzo se quedó alucinado. La mujer rodeó la fuente y se sentó frente a él.

SEGUNDO PERSONAJE: Es una cantante de discreta carrera pero suele aparecer en prensa por otras razones.

lunes, 7 de julio de 2008

TERESA

Cada mañana, me enfrento a unos enormes ojos azul celeste, sostenidos por una fina capa de coraje. Teresa soporta mi desorden, me enseña a no colisionar en el breve espacio de la trastienda donde nos vemos obligadas a convivir. Teresa se debate entre su vida de siempre y su nueva húesped. A veces, lo lleva bien; a veces quiere despachurrarme contra la tarima bañada por los restos de celofán. Teresa adivinó el personaje de "La extraña desaparición de la República de Calambura". A diario, le gano la partida: Vencida ante mis afectos, resuelve hacerse amiga y compañera. Tened la paciencia de leerla; si se desliza igual por las palabras que por su danza, os aseguro que la buscareís, impacientes y felices, en el segundo capítulo.
Como yo, asistiréis a las mejores lecciones de compostura. Con ella os dejo. Teresa y sus ojos tan, tan azules.... Los lunes serán viernes a partir de ahora.

martes, 1 de julio de 2008

Error de sistema

Queridos amigos:
Semana barriobajera donde las haya. Yo, como loca, iba y venía de los velos a los goles. A Silva, Villa, Xavi, Cesc- Oh¡ Es él- y el viejo Aragonés. Ví a Marta, me corté el pelo con las manos de Graciela ,la uruguaya, y Natita me escribió hasta tres veces. Sorteo las mentiras de ese tipo llamado Pepe Blanco que-¡ahora¡- dice que el PSOE quiere frenar esa porquería de directiva que pretende agrandar la jornada laboral hasta el ocaso de las 65 horas de condena a la fatiguita. ¿Por qué votaron a favor, entonces? Gitano que tú serás como la falsa moneda que de voto en voto va y ninguno se la queda. Que les den. Ya llegó el verano y es la hora de los irreverentes. Muchas mentiras salieron a bailar. Pretenden entretener a los inocentes. Cuidado. Mucho calor y pocas salidas. El PSOE seguirá jugando a la doble apuesta. Un sí pero no se hará dueño de poetas ilustres. Salvemos a los que aún dudan. Que las madrugadas que rompen los termómetros nos parapeten de las babas propagandísticas que trucan goles por aceras. Las calles están más sucias de lo que anuncian. Ahí vamos, colegas: a limpiarlas de tan indecente puja.
Estos días, crecida en la lujuria del fútbol y la sospecha de bomba a las puertas de mi casa, me hicieron bronca y fanática. Hoy me comería, uno a uno, a esa ralea de gobernantes que engañan sin pudor. Seguimos traduciendo "le faux plié" en ganas de correr, de alcanzar jardines prohibidos y escondidos.
Me largo de mi propio blog porque temo que estoy a punto de ingresar en la sala de psicoterapia. No pretendía más que advertiros de las sandeces que a diario palpo pero, antes de convertirme en una abuelita vengativa, me queda memoria para anunciaros el nacimiento de una nueva revista digital a la que estáis invitados a participar.
www.errordesistema.com es un espacio feliz donde podréis colaborar sin agravante de disfraz. Va por ustedes. Allí cabemos todos.
Un saludo.

domingo, 15 de junio de 2008

UNA GIORNATA PARTICOLARE.

Año 2010. Dos años bajo el imperio de las nuevas condiciones laborales europeas.

Caro Marcelo:
Te sorprenderá este correo pues no he dado señales de vida en los últimos tiempos. Vivo en Madrid, ahora. Ya sabes que enviudé y los niños crecieron y se me esparcieron por el mundo. Trabajo como secretaria de una multinacional milanesa. Dos mil euros cobro. Me dan para poco pues los 30 metros cuadrados que tiene el departamento cuestan 1. 000 y con los tomates a 15 el kilo, no me sobra mucho. Mi jefe no es muy malo. No me ha cambiado por una más joven. Se hace cargo de que tengo que trabajar hasta los 70 años si quiero acercarme a la muerte sin muchos sobresaltos. Lo bueno es que no pienso mucho. La falta de bienestar apenas da para dormirte en el sofá cuando llegas a las diez de la noche. Hace años que no leo, sólo los correos que me mandan mis hijos y mis nietos. A veces, ni los termino si sobrepasan las diez líneas. El médico me puso una dieta porque el colesterol me tiene las arterias como andamios. Menos mal que el comedor de la empresa cuenta con un servicio especial de alimentación. Eso, sí: nos descuentan un poco más de la nómina pero, si me tengo que preparar mi fiambrera cada día, ni alcanzo a asearme. Los domingos los empeño en ordenar la casa y salir con unas amigas florentinas. Alguna vez, dispongo de humor para ir al cine pero es raro que me fluya esa alegría pues mi cabeza se ha vuelto del revés y, a media tarde dominical, me invade un terror. Un terror al lunes y a la nueva semana. Un saber, una certeza que me acongoja, malogra mi único festivo. Mi psicológo dice que debo ser positiva y saber administrar mi tiempo libre. !Ma que cosa tiempo libre! Si hasta él mismo tiene que recibirme en domingo porque no dispongo de horas entre semana. Menos mal que dejé de ir a misa. Menos mal que no trago ese opio ya, que abandoné Roma y su curia sin mirar atrás. Total, el mundo está lleno de monjes que a toda costa te venden los paños más imposibles de la fe. Mi jefe, sin ir más lejos,no deja de decirme: Pero, Sofía..¿dónde vas a estar mejor que conmigo? Y me callo los mil lugares que se me ocurren cada vez que me lo pregunta. Él cobra cinco veces mi salario y se miente todo el rato mientras intenta mentirme. Me recuerda a mi hijo mayor, que no hace más que cantar las alabanzas al sistema empresarial de Detroit. Otro que ha hecho de su fábrica de repuestos automovilísticos su verdadero hogar. La diferencia es que mi nuera merece su ausencia pero la mujer de mi jefe es un señora encantadora. Se mantienen juntos porque no hacen uso del matrimonio ¿A qué horas se podrán decir lindezas esos dos?.
A veces, creo que me voy a regresar, meterme en una casa de cuartos compartidos y renunciar a estos mínimos de supervivencia. Hoy, domingo, dí un paseo por el templo de Debod. Me acordé de la guerra y del amor. Me acordé de ese antes donde existía la posiblidad de amar, odiar y malgastar el tiempo. Ni en la guerra, con los hijos, el esposo y tu lío, se me pasó por la cabeza dilapidar tanto dinero en un médico del alma. Se me quebró la alegría y sólo me queda ánimo para repensar la manera de ahorrar y asegurarme la vejez. Me falta un año para la jubilación.
Mi caro amigo. No sé si tú estás mejor que yo. Temo también que no te funcione bien este demonio de la red. Hasta nos robaron minutos para comprar la stampa y soñar el viaje que iniciaba la carta al desprenderse de tus manos y entrar en la boca del buzón. Yo- inocente- hacía ese viaje, la acompañaba hasta su destino imaginando el tamaño de los dedos que rozarían mi letra torcida. ¡Uy¡ Qué tarde se me ha hecho. Es medianoche y mañana, lunes, me levanto a las cinco. Hago pilates para mantener mi espalda enderezada. Tardo hora y media en llegar al trabajo. Es ahí, donde pienso en regresarme. Aún quedan nogales y encinas que te recuerdan las virtudes de la naturaleza. Si decido hacerme pobre y recuperar mi dignidad, espero que tu artrosis no me niegue tu abrazo.
Sigo siendo tuya:
Sofía
P.D.: Te adjunto unos enlaces donde se puede protestar e informarse de los derechos laborales. Esto lo hago por insistencia de mi nieto Alessandro. El pobre lleva dos años peleando para frenar estas jornadas interminables. Algunas veces me contagio con sus misivas y me vuelve la esperanza. En todo caso, publícalas por el asilo.

lunes, 9 de junio de 2008

El amor del capo

Pensaba que la siguiente crónica iba ser un compendio sobre artículos exóticos tan placenteros como las alas de Isis, los conjuntos de mariposa o los pavos reales. Pues no: resulta que mis corresponsales en la sagrada Institución me cuentan que el mandado, el aspirante a capo, se soltó con una soflamita sobre "el deber del amor". Es decir, al guardían del amo, se le hincharon las venas porque supo de una reunión y salió con su melena y su singular sermón a pedir juramentos imposibles. Que si la Institución os ama, que si es incompatible este sentimiento con ciertas amistades. No contento con exponer su patetismo, inventó una historia que, probablemente, se repetirá cada noche en su antro solitario: ¿Quién está amenazado de muerte por defender a mi patrón? Yoooooo, porque, hijos míos, mirad que os tengo dicho que solo yoooooo, el gran descendiente de los nobles, os ama. ¿Así me lo pagáis?.
Cuidado: lo que parece reproche de abuela desorientada puede ser el comienzo de una venganza que sólo la maldad del ignorante es capaz de pertrechar. Grabadora en pie de guerra y recabación de pruebas. Sin relajo. El mono herido tiene una mala leche de primera. Y no digamos el que se esconde detrás de él.
P.D.: Animaros a jugar con la novela.

domingo, 1 de junio de 2008

LA EXTRAÑA DESAPARICIÓN DE LA REPÚBLICA DE CALAMBURA (Novela colectiva)


Esto es un juego para descolocar a las caras más reales y someterlas al poder de la invención. Vamos a buscar personajes por el mundo y hacer con ellos una novelita de terror y risa.. Las reglas a seguir son bien fáciles. Calambura propone un primer capítulo que terminará con la aparición en escena de un personaje que tendréis que adivinar. Las preguntas serán al descarte: Desde aquí solo responderemos afirmativa ó negativamente. El que primero averigüe el personaje que está detrás, continúa con la narración . El tamaño debe tener un mínimo de diez líneas. Dejará siempre abierto el texto para que Calambura coloque al siguiente personaje para así, volver al juego con un segundo que comenzará su travesía donde el escritor anterior lo haya dejado.

No sé si queda claro pero, mejor ,empecemos con el primer capítulo.


1. UNA TARDE COBRIZA.


Eso pensaba Lorenzo Rivas de Oca, embajador que estrenaba dorado exilio en el minúsculo país flotante de la Polinesia. Para sus adentros, un resquemor le subia hasta la laringe al recordar la cara de su ministro y esa palmadita final al recibiendo la felicitación: Bueno Lorenzo, despúes de Tel Aviv, su nuevo destino le va a saber a gloria, ya verá. Pero Lorenzo, ávido y ambicioso, no dejaba de pensar que este regalo era más bien un castigo. Ser el primer embajador de un pais tan chico que no sobresale en nada no es sinónimo de premio. Con lupa debía mirarse en el atlas, con paciencia se contaban sus 20.ooo habitantes. Esta era la primera vez que España se decidía a colocar una embajada allí. Las razones , decía su ministro, eran económicas y estratégicas aunque no tenía claro el joven embajador que ese micro país prometiera un futuro halagüeño.
El piloto anunció el descenso. Lorenzo se giró con desgana para mirar la isla que lo acogería en los próximos cinco años pero sus ojos se expandieron por el doble cristal de la ventanilla. Pero, ¿donde carajo vamos a aterrizar? El atolón donde se suponía estaba la única pista de aterrizaje, aparecia y desaparecía de su vista según las olas bañaban el minúsculo terreno. Pero ¿qué carajo hago yo aquí?. Se tuvo que tragar el escrúpulo y las ganas de llorar. Quería regresar a Madrid, abandonar el cuerpo diplomático. Tres años encerrado, estudiando unas oposiciones para acabar en una era inmisericorde . Jamás se quejó de sus anteriores destinos, jamás puso en aprietos a su pais. Ni una palabra de más. Cuando las ruedas del tren de aterrizaje se comieron la pista, un deseo rabioso invadía el ánimo de Lorenzo. Ojalá se trague el mar esta mierda de país. Resopló, cerró su ordenador portátil y sonrío a la azafata australiana. Welcome to Calambura, sir.

Nadie vino a buscarlo al aeropuerto. Tenía la dirección de su mansión, una construcción moderna que abarcaba cuatro módulos pintados en blanco y azul, cercando un jardín con piscina y mirador frente al mayor arrecife de coral que poseía la isla. Nuestro país participaba en el plan de desarrollo sostenible de la pequeña república y Lorenzo llevaba el encargo de vigilar el proyecto y hacer de España la etiqueta de presentación. Era esta clase de tontería con las que el nuevo gobierno pretendía colocar el buen nombre de la España progresista y hippie. Las buenas intenciones patrias en el mercado de Calambura; ahí estaba Lorenzo Rivas de Oca para alcanzar el reto. La producción de aceite de coco y de coral se multiplicaría y, en cada exportación, Calambura estaría obligada a nombrar a su país benefactor.

El silencio solo se rompia por los encontronazos del mar con el malecón y algunos pájaros perezosos. Lorenzo esperó a la tripulación. No le resultó extraño ser el único pasajero que salió de Camberra aquella la mañana pero lo que le inquietó fue ver que dos aviones morían en un hangar junto a la pista y que la sala no reflejaba movimiento humano alguno. Capitán: dígame, ¿cúal es la frecuencia de vuelos a Calambura ? El capitán acostumbrado a encontrarse con la perplejidad en cada aterrizaje calambureño, invirtío la realidad, obviando la mayor: los que dejaron de volar. Australia y Nueva Zelanda mantienen sus dos vuelos quincenales. La zozobra seguía anidada en las pestañas del perdido embajador. El capitán le tomó del brazo y lo acompañó a la sala de llegada. Se suponía que debía recogerlo el secretario de la oficina de negocios. La oficina llevaba abierta un par de meses. Hasta entonces, Calambura no estuvo en los planes de ningún gobierno. Un hombrecillo de ojos achinados, enfundado en mono azul, apareció corriendo por la sala, estirándose las mangas hasta parecer que se desgajaban de la sisa. Su olfato le dijo que de los tres hombres, su nuevo jefe debía ser el flaco y largo rubio de ojos exaltados. Ah¡ Mister Mister, I,M sorry. Over there, over there, please. Le arrebató su maletín y con empujoncitos lo viró hacia un espléndido Rolls Royce. El lujo reanimó a Lorenzo: No todo ha desaparecido, merci dieu. Se recompuso y ante la falta de oficialidad que le dejaba a los pies de una extraña libertad, recuperó sus modales y quiso despedirse de la tripulación pero, ésta, encerrada en el baño , reservó las grandes carcajadas para los aseos y detrás de sus puertas la la explosión de risa amenazaba con tirar la puerta. El hombrecillo que no entendía de compostura, empezó a jalar las mangas de su jefe hasta quitarle unos gemelos de zafiro comprados en el bazar de Calcuta. Notó el empleado que su buena voluntad se convirtió en agravio y a, cuatro patas, tanteó ,loseta por loseta, la fantasmal sala. La tripulación seguiá tronando en el baño mientras el hombrecillo empeñaba su vida en recuperar los botones/joya. Lorenzo se rindió. Se dejó caer en la única banqueta que diponía la sala y guardó para sí su pliego de exigencias. Nadie recogerá su equipaje, nadie le pedirá su pasaporte, nadie le dará la bienvenida y nadie le pedirá explicaciones. De un manotazo levantó a su servidor de los suelos , obligándole a dirirgirlo al Rolls. Que se mueran de la puta risa, carajo..... El hombrecillo, sacó un trapo negro del bolsillo y se secó la frente sin apenas levantarse la gorrilla. Con las dos manos en alto, le indicó al nuevo amo que tuviese la paciencia de esperarlo. Corrió todo lo que sus cortas piernas le permitían. Del hangar sacó un carrito rosa de golf y Lorenzo pudo ver como trepaba a la barriga del avión para hacerse con las maletas. ya supo en ese instante que sólo el medio hombre estaría con él en este lado del mundo.

Carambula es una isla de 25 kilómetros cuadrados. Una república parlamentaria que reelige presidente cada 5 años. Sólo tres países disponen de misión diplomática aquí: Rusia, Cuba y Francia. Los demás se contentan con oficinas de negocios o con cónsules honorarios representando a los que no están por unos pocos dólares y una visa de derechos amplios. Lorenzo viene dispuesto a multiplicar la producción de coco y corales y etiquetar cada unidad con el nombre de la España cooperante.

¿Sabrá este renacuajo llevarme a casa?, se decía bajito. Ole, Ole, Raúl, Torres, olé, le animaba su servidor mientras lo torturaba por las sinuosas curvas de una carretara apuntalada por barriles con el nombre de un dios que debió salvar a la reina Victoria en un tiempo más esplendoroso.

La casa se alzaba sobre un montículo . El renacuajo aparcó en el porche el gran Rolls. Lorenzo se empezaba a acostumbrar a la extraña soledad. Recorrió, una a una, cada estancia. Todo en orden. Aún olían a agua perfumada los suelos y los roperos. Los ventiladores de grandes aspas funcionaban a tres velocidades. Los mosquiteros tenían la prestancia del estreno. Se asomó desde la ventana y vió al hombrecillo afanado en relimpiar el Rolls. La vista era poderosa. Agua y una ligera bruma. Debía llamar a España. Puso la bateria de su celular portátil a cargar. No le salía palabra alguna. Decidió aplazar la comunicación hasta deshacerse de su desasosiego. Un estruendo lo empujó a la ventana: el hombrecillo, bocabajo, yacía en la piscina. El verde musgoso se mezclaba con el rojo oscuro de su sangre. Alguien puso en marcha el Rolls. Un hombre de cara redonda y reconocible abria la puerta trasera del coche. Los dos se encontraron en la mitad de la distancia. Antes de subirse, el tipo sonrío a Lorenzo .Llevandose el índice de su regordeta mano derecha a la boca le exigió silencio. Esa petición esculpió en el aire una amenaza que recorreria todas las esquinas de Calambura cada tarde, cada segundo de vida que la isla contaba antes de que el mar se la tragase.



El primer personaje:



Su parecido es una mezcla bien conseguida del Dioni y José Mª Iñigo. Acostumbra a rodearse de malas compañias y recogió el testigo de un secuestrado.



Pregunta: ¿Es español?- No

2. El mapa equivocado

Lorenzo no salía de su asombro. ¿Era posible que el ministro de defensa colombiano, José Manuel Santos, estuviera detrás del asesinato de aquel hombre? ¿Por qué? ¿Qué tenía en contra suya? Y lo más intrigante ¿qué hace este señor en la pequeña isla de Calambura?

Lorenzo vio como el Rolls se alejaba con el misterio en su interior. “¿Y ahora qué carajo hago?”. Lo primero que hizo fue acercarse al mueble bar…vacío. A la nevera…vacía también. Finalmente, al no encontrar nada para beber y tranquilizarse, encendió un cigarrillo y se planteó llamar a la policía. Sí era lo que tenía que hacer.

“¿Operadora? Soy Lorenzo Rivas, embajador de España (…) No, no con España, con la policía, por favor (…) ¿cómo que con qué policía? Pues con la que tengan ustedes, yo acabo de llegar (…) No, no se lo puedo decir. (…) Bueno pues gracias de todos modos”

Colgó. Así que no disponen de seguridad. La patrulla más cercana estaba a 5 horas en lancha. ¡¡5 horas!! Más le valía andarse con ojo si no quería acabar como…¡el conserje! Todavía estaba flotando en su piscina. Tendría que sacarlo el mismo de allí.

Bajó las escaleras y salió al jardín, rodeó la casa y llegó a la piscina, pero sólo encontró el agua teñida de sangre y un reguero de agua que iba hacia la playa. ¿Qué hacer? Se dispuso a seguir el rastro cuando vio en el suelo una tarjeta de visita mojada y arrugada. La cogió y leyó: “558 PARK ST. ROSE STUNTON. 17:00”. Miró el reloj, eran las 16:20, tenía tiempo de ir, ver quien era esa Rose Stunton y por qué estaba su tarjeta junto a un cadáver desaparecido. “Un momento, ¿qué carajo estoy haciendo? Debería avisar a la policía y no jugar a detectives, pero sólo queda media hora para la cita…”

No había más que pensar, su conserje había sido asesinado y ahora su cuerpo había desaparecido. Se acercó al teléfono “¿Operadora? Sí, el mismo, con la policía, por favor, quiero denunciar una desaparición”.

5 minutos más tarde Lorenzo se estaba cambiando el traje por un polo de sport, pantalones cortos y zapatillas, se puso las gafas de sol y se dirigió al 558 de Park St.

La policía llegaría como pronto a las 10:30, por lo que tenía tiempo para ir, ojear un poco y regresar a tiempo para la denuncia, así seguro que podía dar algo más de información.

Lorenzo caminaba deprisa, echando un vistazo de vez en cuando a un mapa que cogió en el aeropuerto. Llegó con diez minutos de antelación a la cita misteriosa.

En el 558 de Park St. Había un complejo de oficinas con un gran jardín en la entrada, con una fuente en el centro y dos bancos enfrentados junto a ella. Decidió sentarse y esperar. Sacó el mapa de su bolsillo y se puso a ojearlo, como disimulando. Se dio cuenta de que si aparecían las personas citadas no se iba a poder esconder en ningún sitio. Quizá estaría mejor situado a la entrada del jardín.

Se levantó del banco justo cuando una mujer avanzaba por el paseo en su dirección. Lorenzo se quedó alucinado. La mujer rodeó la fuente y se sentó frente a él.






domingo, 25 de mayo de 2008

EL ASESINATO DE TERRY (homenaje a Olivier Nunes).

El jugador del Chelsea, Terry, no duerme desde que falló el penalti frente al portero del Manchester, en la pasada final de la Champion. El hombre asumió el total de la derrota de su equipo, obviando la responsabilidad que le correspondía al resto. Me sonrío mientras escucho las últimas actuaciones del presunto encargado de la zona cero, es decir, la insti tv (nombre adjudicado para preservar a los que tienen que soportar todavía al susodicho). Ya sabemos que los que llegan a las esferas del poder, los que ejercen de porteros del amo, suelen apropiarse de los méritos ajenos y endosar las propias equivocaciones a los demás.Pero el resultado final es lo que cuenta. ¿Quién se acuerda ya de ese fallo de Cristiano Ronaldo, de su pereza a la hora de tirar la pena máxima? El Manchester se llevó la copa y pelillos a la mar.
El de la melena cana lanza dardos contra todos para tapar su ignorancia y mal hacer. Insisto en las grabadoras y en el acopio de documentación. Valdrá al menos para hacer una comedia surrealista sobre la infamia.
Hoy no tengo el alma para indagar en los vericuetos irracionales de este malvado analfabeto. Más bien me late lo contrario y no es plan echarle por encima dos tazas de compasión. Por si acaso, os prevengo: sacará fuera a todo aquel que ponga en evidencia su inutilidad.
La semana que comienza promete noticias decisivas. Os mantendré al tanto. Si nada sobresale, la cita no será hasta el próximo domingo pero no dormiros en los laureles porque el juego de los detectives empezará esta misma semana en una nueva sección.

domingo, 18 de mayo de 2008

COSLADA CONECTION

Este tiempo sin aparecer por mi blog se debe a muchas cosas. Son días de reubicación en el mundo, en Madrid, días donde no sabes qué hacer con tus mañanas ni finiquitar tus noches. Supongo que es tiempo para aprender la gran lección,entender que no queda otra que tener paciencia. Ese aprendizaje te lo procura el acudir a las instancias judiciales. Como todas las mujeres cuando están preñadas no dejan de ver otras barrigas, me sucede que nunca he leído tantas sentencias judiciales en las páginas de los periódicos. Los ojos, como linternas, se hacen lupa y,lejos de singularizar tu caso, te haces parte de un colectivo herido por los malos modos con que te sacan del mundo los nuevos psicópatas que manejan las instituciones y empresas donde los trabajadores regresan a la esclavitud en pleno siglo XXI. Obligada como estás a cimbrearte lejos del paraíso, descubres en ese revolcón que son muchos los que comparten igual destino. Entre éste y la fatalidad hay una veta que divide a optimistas y pesimistas. Debo formar parte del batallón de los entusiastas porque descubro que el precio de la pelea es tan sustancioso como ganar o perder, que el mismo hecho de no abatirse por la dificultad del puerto que pretendes arrivar ya supone un subidón.La moral en alto te coloca por encima de tus agresores. La nueva economía y el actual poder, se sustenten o no en buenos principios, permiten estos atropellos. En el inicio de mi contienda contra el Cervantes, sufría ataques de impaciencia pues quería que los malos fueran ajusticiados al ritmo rápido e irreal con el suelen caer en las películas. Pero no, sucede que cuando alguien se porta de manera tan dudosa, la primera reacción de los dueños del cotarro es cerrar filas, encubrir al que la hizo a plena luz. Luego, te enteras de que el malo,más prudente, simula su maldad fuera de su despacho pero , a solas, sigue cometiendo tropelías. Ya no berrea en los espacios comunes palabrotas y amenazas. Ahora se asegura de actuar sin testigos. Me consta que hace menos de un mes, amenazó con pegar dos hostias a una empleada que protestó por su precaria situación laboral en Recursos Humanos. Ella ,asustada, no lo denunciará pero mis compañeros me lo cuentan porque saben que estoy atenta a todo lo que ocurre y porque, una vez pasado el juicio que me toca, escribiré un reportaje como periodista y no cejo en el empeño de destripar esa trama maloliente, esta pequeña Coslada. Lo único que puedo aconsejarles de momento es que vayan a su despacho con la grabadora encendida. Le temen más a los medios que a la justicia. Es lo que marca la diferencia entre el mezquino y el honrado. Como las viejas harpías, viven tapando sus vergüenzas, sembrando el estiércol fuera de sus fortalezas. Se olvidan del fin por el que obtuvieron el puesto: la Institución. Si ésta sobrevive a la codicia de sus amnésicos directivos, al patinado de su propaganda, se debe al buen hacer de sus trabajadores, sus auténticos guardianes.
Hoy vemos como un pueblo y sus 82.000 habitantes, vivia amedrentado por el chabacano imperio de ese tal Ginés. Aún así, los incansables y convencidos militantes de la Unión Republicana de Coslada , no desistieron de perseguir amparo en los tribunales. Valga esta reflexión para insistir en la lucha. Conviene, pues, no dejarse vencer por una primera derrota. Es duro y hay que poner límites a la batalla porque no puedes permitir que tu vida se convierta en un pozo amargo y obsesivo, que dirijan tu malestar y rabia, que se adueñen de tu felicidad. Si solo te dedicas a ello, conseguirán pulverizar tu ánimo y retratarte ante los demás como una pobre desquiciada.
Por cierto, ese tipo que presume de sus 45 años de profesión y jamás responde a los correos, acomplejado por su anafalbetismo de salón y escribe ensallo, hobra y corecto mientras se pasea por los viajes oficiales atento siempre a fotografiar a su jefa y regalando el resultado de su eterno peloteo en marquito de plata, es el perfecto ejemplo de esbirro o negrero. Su disposición va encaminada exclusivamente a salvar su trasero. Como él, hay muchos dispuestos a perpetuar a los que sí saben y se emplean a fondo en ejecutar la sinrazón, por unas monedillas.
Ayer, sábado, fuí a ver el documental de Almudena Carracedo, Made in L.A., un buen ejemplo de arte y conciencia política que dibuja sin deslices al ser humano. Almudena tiene el don de poner la cámara en el alma de los más pobres sin manchar su historia con tintes caritativos. El relato de Lupe, María y Maura, tres emigrantes guerreras que lideran la protesta contra la empresa textil Forever 21 consiguiendo dignificar su trabajo de costureras en medio del infierno capitalista californiano, rompe la distancia entre el miedo y la necesidad de justicia. Ellas diluyen la flojera que supone meterse en estos berenjenales. Lo bueno de esta época es que la Historia se nutre de gentes como estas mujeres dispuestas a batallar sin poseer el aura de los linajes privilegiados.
En España, los clanes son menos poderosos pero más chulescos. Lo que empieza a ser intercambio de regalos, suele derivar en trata de favores. Como el pelota analfabeto, el lema por el que se rigen es:"Tú me proteges a mí, yo te protegeré a tí". Esta barbaridad anda suelta por la Institución. Me pregunto por qué los superiores a este pendejo le permiten continuar con su proclama. Que tengan cuidado porque, un día, no estarán a salvo y lamentarán haberse acogido a ella pues, lo que en primera instancia sólo parecía una menudencia tipo dos billetitos extras a Alemania, puede terminar en catorce indicios razonables de delito.
Posdata: Almudena Carracedo desconocía las malas formas con las que fuí tratada en el Cervantes TV. Es amiga y ambas compartimos vida e intenciones en Los Ángeles. Tiene gracia que el informativo que produce la televisión del Cervantes se haga eco de la denuncia de esta activista sobre la mala praxis laboral. Resulta irónico que ese espacio realizado por periodistas con contrato de ordenanzas se atreva a tanto. El Cervantes TV colabora a todas luces con la explotación y mantiene el morro de informar sobre tipos que conjugan igual de mal los derechos fundamentales del trabajador. Lo que digo: Coslada está en todas partes.

martes, 15 de abril de 2008

¡EL DINERO HABLA!

R-E-A-L-I-D-A-D.
La campaña contra la prostitución del Ayuntamiento de Madrid me sacó del canal de las soflamas y me puso a los pies de la investigación. Cada amanecer, en las pausas de los informativos locales, se escuchan estos dramas monetarios:
"Hola, soy un billete de cincuenta euros. Viajo por muchos sitios pero ayer me llevaron a un burdel y fuí canjeado con otros compañeros por una kalashnikov". No menos insensato es el destino del billete de 20 euros, el bolsillo del proxeneta. El de 100 euros se ácaba codeando con los grandes traficantes .
Me pregunté en esas horas intempestivas , las cositas que podrían decir los billetes que circulan en las grandes empresas, en los bancos y en los Presupuestos Generales.
Hola soy un billete de 500 euros y mi vida es muy triste. Me retiene un señor en su caja fuerte para "darme a valer", para que mi ausencia desbarate los tipos de interés.

lunes, 14 de abril de 2008

En A Coruña

Cuando llegamos al palacete, en esa plaza que está junto al mercado más gallego y más florido de Galicia, el candidato ya llevaba muchas horas de entrevista con los mass media. Justo cuando me tocó , la puerta se entreabrió y una chica con acento gallego , es decir, de la misma tierra que parió al candidato, salía con ojitos de pez moribundo. ¿Has visto alguna vez, mi Gabriel, un pez ahogándose vivo fuera del agua? Así salió la galleguiña. Pobre chica. Una cara de triángulo que sostenía un par de ojos verdes turbios. Este tío está de atar, me dije mientras chocaba con su melena hueca y su enanez recostada en el sillón. Ni se te ocurra preguntarle por sus méritos. Ya no tendrás más entrevista que una sarta de auto elogios que envenena hasta el más paciente. A mí no me la dan con ese queso, trigueñina, me dije para mis adentros. Pero estaba visto que la muchacha llevaba razón. España, -mi país-, la tierra de mi papá, Hermógenes, y de mi abuelo, Manuel, era purito manantial, cauce infinito por donde nadaban los pendejos más pendejos. Grabriel puso el trípode y se olvidó de la cámara. Nena, el gran angular, así vas a tener todo el rato a este besugo. Y el besugo optó por perder la vergüenza, vanagloriándose hasta el infinito y más allá. Mi papá solo me cacheteó una vez en mi vida. Más que la cachetada, recuerdo el momentazo y la sentencia: Para hablar hay que saber. Este deslenguado, si sabía, lo ignoraba. Un rubor me crecia desde la pantaleta hasta el escote. Hasta yo misma, que paso muchas horas bendiciendo mi estampa frente a los espejos, encontré bien ridículo al candidato. El mundo parecía contar solo con su persona para apañarse. Habráse visto. El animalito ensartaba toda clase de elogios hacia su pellejito. Si alguna vez tuvo abuela, la debió perder a temprana edad. Que si soy el mejor, que si el que mejor escribe, que si el presidente no encuentra a nadie de mi talla para dirigir la cultura. Que si este país, sin mi aura se come un colín. Aguanten ustedes la prepotencia de este energúmeno sin atiborrarsee de ostras, percebes y ribeiro. Mi colega llevaba razón. Con esta clase de pendejos, una, lo que realmente quiere es abandonar el barco, asociarse con las ratas y no querer saber nada más. Ya pueden reírse ustedes de la madrastra de Blancanieves. El candidato se pasó las 24 horas del día asegurando a todo mundo que España, sucumbiría sin su presencia. A mí me daba que más bien sería lo contrario: España se iría al carajo con su gobierno. Pero mi papá, Hermógenes y mi abuelo, Manuel, me educaron en la creencia de que España tardaba bastante rato en reaccionar ante sus grises. Qué penita Bucaramanga. Que penita ir por el mundo con este pasaporte. Qué penita tener hambre y necesitar la ciudadanía europea. ¿A que me quedo con Berlusconi? Los canallas con pedigrí resultan menos inquietantes que los soberbios patrios. Hasta Gabriel me parecía mejor persona. Anda, mijo, llama a tu Amanda y sácame de este arrabal. ¿Qué no se dan cuentan, ustedes, de que este monstruo les va a gobernar a coces?. Menos mal que regreso a Madrid. Por lo menos mi jefe, el Joputa, tiene claro lo que ve en mí. Este candidato me llenó la panza de serpientes y nació bien adentro lo que más temía: conciencia social.
Menos mal que mi jefe, el Joputa, me da una de cal y otra de arena. El jueves me la paso dando vueltas con los de Circo Price. Necesito sacarme estas serpientes de la tripa. En O Grove me limé las esquirlas , la horita fatal de ese auto encumbramiento demoledor. Yo vivía bien mi nueva condición de arraigada en la piel del toro. Maldito este cardado que me echó de bruces a la hoguera de la realidad. R-E-A-L-I-D-A-D. ¿Me comprenden? Esta putada en toda regla me acercó a necesidades que no necesitaba. Perdonen la redundancia pero la experiencia desbarató mi sintaxis.

sábado, 12 de abril de 2008

No cualquier historia contada por una cualquiera

Pues, invitada a este espacio, me decido a contar mi primera experiencia como periodista en España. Qué pena con mi jefe, me dije en el primer encargo. Yo sé que impacto. No voy de star ni de arrimada pero sé que resulto más convincente por mi estampa que por mi currículum.

Mi jefe, estrábico y entusiasta director adjunto de "Información y punto", la nueva apuesta que compite directamente con "EL País", me regala cada trabajito que ni yo misma me creo. Es que mi jefe, si está por una, se olvida de ser el mayor "hijoputa" de los spanish mass media. Eso es lo que me dice cada mañanita en la primera junta. No sé. No quiero enemistarme. Recién empiezo y no quisiera ir de sobrada. Tengo buenos compañeros pero me da que no son muy confíados con lo que dicta mi jefe. No sé. Tengo dos años de vivir en Madrid y abandoné bien prontito las filas de teleoperadores colombianos. Nací en Bucaramanga pero mi abuelo, Manuel, y mi papá, Hermógenes, son españoles. Que poquito me costó mi pasaporte. Unas vueltitas por la calle Luna y poco más. Yo no tengo la culpa de que una guerra fraticida me haya internacionalizado. Mi abuelo Manuel era hijo de checo y malagueña. De purita casualidad, tengo un apellido que vale cien soles y un back ground que mata a mis colegas. Hay que joderse con la colombiana, es la forma de dar los buenos días de Gabriel, mi cámara. El muy pendejo, cada mañana, cuando salgo con mi orden de la mesa de redacción, me insulta: Sin tus tetas no tendrías tales encarguitos. Vaya por dios, qué penita con mi jefe. Qué penita con los envidiosos. Y qué culpa tengo yo de que me aprueben la propuesta de entrevistar al candidato por La Coruña (qué coraje me da eso de A Coruña. O estamos en España o en Galicia). Gabriel desconfía porque mis retos resultan sospechosos. Un anarquista. Eso es lo que es. Uno de esos que ya no existen pero es un profesional. Para él no soy más que una sospechosa. Pendejito de caca. Por mi labor, estamos en Barajas. Si yo no caigo en el nuevo medio, este Gabriel no se mueve de Madrid. Y ,mal agradecido, me trata como a una fulana. Mi abuelo y mi padre son españoles, qué te piensas, chusmita. A ver si ahora me tengo que disculpar por brillar con luz propia a los 27. Tengo un máster en toditas todas las nuevas tecnologías y en periodismo por la red. Tengo un máster en sortear escollos administrativos. No me hizo falta ser de Armenia para lograr mi pasaporte. Mi papá y mi abuelito eran más españoles que tú. Menos mal que ya mismito embarcamos. No sé lo que habrá visto esa Amanda en tí. No sé. Con ella, seguro que no te has comido un carajito.Sin mí, tú no vas camino de este final de campaña. No entrevistas al ministro super star. A ver mañana. A ver esa Amanda muda cuando nos vea regresar con la grabación de la semana. Qué manía con los cigarrillos. Tienes cinco minutos, Gabri, pa fumar. El gran "Joputa" quiere abrir el informativo con mi trabajo y no me lo vas a reventar. Por mis muertitos que te aguantas. A ver lo que me sopla el candidato.

Y otra palabra.

Alcahaz. Ya podéis animaros. No cuesta tanto abrir el diccionario o agregar el link de la RAE. Tiene que ver con las aves. ¡Perezosos!

jueves, 3 de abril de 2008

PRIMERA CRONICA DE LA SEGUNDA ETAPA MEXICANA

EL PENTHOUSE FAVELOIDE DE TENAYUCA: FRIO POLAR INMISERICORDE

Y que se lo digan a Ciro. Nos hemos mudado por estos días y parece que, más que volver al México Insurgente, hemos regresado a las invernales sierras madrileñas. Invadidos por necesidades tan inocentes como cielos y azoteas, olvidamos que el cambio climático es un traidor desconsiderado y cínico, No conoce este nuevo dios más voluntad que su antojo y henos aquí, helados, comprando calentadores en el Chedraui de Avenida Universidad. Este gran hipermercado francés (Carrefour lo llamamos en Europa), se está poniendo las botas con nuestra perplejidad. El Ajusco, la montaña más picuda que cierra por el sur el valle defeño, está helado y ya no sabemos como acurrucarnos. El 20 de noviembre, aquí, tiene un sentido diametralmente opuesto a nuestros nefastos e inciviles fastos franquistas. El 20 de noviembre mexicano es el día de la Revolución, el zarpazo del valiente Francisco Madero a las hordas caciquiles de Porfirio Díaz. Esta razón y la falta de agua caliente nos devolvieron la noche del lunes al hotel Washington, céntrico hotel que nos acoge cada vez que arribamos al Defiéndete. La casita de Tenayuca, en la sureña colonia de Santa Cruz Atoyac ha sido posible agarrarla gracias a Joan (corresponsal de RTVE) y, aunque he perdido a un gran jefe, he ganado a un gran amigo. Hablando de jefaturas: os adelanto que voy vestida de medio gestora cultural, medio coordinadora de proyectos con gente muy, muy, pero que muy y no adelanto más hasta que cobre mi primera nómina y me de masajes en la espalda para recuperarme de este nuevo estrés, porque,- amigos-, esto es México y las cosas se caen o se pierden sin aviso por los abismos. Una red internaútica pirata sube y baja por mi ordenador. Favor impagable mientras cobramos y nos recobramos del desembolso inicial que, - nuca mejor dicho-nos ha dejado tiritando. No sé cuando podré enviaros la nota. Sólo espero que antes de que el sueño me derrote regresen las redes a la piedad pues, poco a poco, he conseguido enviar algunas cartas e informes. Esta ejecutiva ralentizada se toma con bastante buen humor el regreso al valle de las refriegas. Pero no todo es tan arisco: nos marcamos una juerguecita muy imponente en casa de Joan ,el viernes, después de que Ciro bregara con el de los portes hasta nuestro penthouse azoteado mientras esta residente firmaba el contrato de arrendamiento con doña Rebeca, nuestra casera, singular candidata para la próxima crónica de Indias. Con agujetas y risa calentita en nuestros congelados cuerpos insistimos por donde creemos, podemos y queremos. Por aquí estamos; ya quisiera el alcoyano alcanzarnos en moral. México, hoy, dispone de dos presidentes, tropecientos guerrilleros y millones de colores. No vayamos a quejarnos a estas alturas de las contracturas de la espalda o del frío en las orejas. En México nos acordamos de los que vimos y de los que no; nos acordamos de los remolones, de los desaparecidos, de los de ahora, de los de antes, de los de siempre. Un beso y hasta pronto.

miércoles, 2 de abril de 2008

Los que miran al otro lado

Conveniencia política: Fachada impecable, galeras ruidosas y negreros forjando medallones para el que saluda por el balcón. Sonrisita ciega.

Departamento sin bidet

Si nuestros días no estuviesen marcados por esta frontera, amigo, la sangre hubiese sido motín de guerra. Porque el Hotel Convención no entraba en mis planes y porque tu mensaje último marcaba acciones bien diferentes a la ejecutada. Nos quieres y nos deseas suerte, leemos felices en el box del Maswik Lodge, y con el convencimiento de que volvías a las andadas, a la tralla y a tu jarana, contemplamos los poliédricos bordes del Gran Cañón, olvidando la ráfaga cruzada de diálogos y amenazas que te hicieran desistir y hacer mutis por el foro.Aunque sabía que no vendrías finalmente a vivir con nosotros al infierno defeño, pensé que esa idea de la nueva ciudadanía malagueña había rehecho lo que parecía incombustible: tu fe y tus ganas de vivir. Bajamos la guardia porque el viaje nos colocó frente a los placeres incesantes que regala esta rotura de la tierra, pantalla luminosa que ciega realidades más oscuras.
Y ese necesario olvido nos alejó de tus intenciones de Séneca moderno armando los letales artilugios con los que te ofreciste a la diosa NADA.
A Fernando le tocó avisarnos y a él lloramos en ese fatal minuto donde incrédulos y vencidos tuvimos que aceptar que habías querido morir, sin más.
Desde lejos, California no era el mejor escenario para entender la negra y última coreografía que nos regalabas y me enfadé, te hablé desde la herida y me juré abofetearte si la magia te reinventase y te colocase frente a nosotros.
Abandoné mi terquedad infantil porque el llanto de Ciro me obligó a rescatarte con el único modo que me valía. Abrí el ordenador y, en modo presentación, el viaje a Marruecos invadía la pantalla y tú, canalla, te cruzabas feliz mientras Loïc nos retrataba en la playa del Hotel Hypocampe, en Walidiya. Huele aún la imagen a mayonesa de argán y en tu camiseta asoman miguitas de pan que dejabas derramadas porque fueron muchas horas de viaje y el recuerdo de lo digerido calmaba tu infinita hambre, así que ellas fueron también compañeras.
Siempre te reservamos el asiento de atrás porque a los paisajes costeños y picudos se oponía tu interés en hacerte isla y el Calígula de Camus fue oasis sordo que te defendía de los planes y los mapas a los que fuiste sometido. Sólo regresabas a nosotros si la inminente parada te ofrecía la sorpresa de una buena cerveza, pero Ciro lanzó el enésimo aviso: Vamos a ver, Julio, esto no es España, y como niño aceptabas el castigo y rebuscabas entre las bolsas algún resto de pita y frutos secos. Loïc te reconviene y yo susurro, odiosamente maternal, un rápido consuelo: Llegaremos a tiempo para cenar como Dios manda y tú gustas. En Essauira habrá cerveza y vino.
La promesa se cumplió bajo una manta de lluvia que encharcaba el puerto y la entrada a ese restaurante de puerta especiada. Con la cerveza ya apaciguando el buche reclamas al maître un buen pescado sin espinas, y esto abrió la danza de la confusión. Pero el bacalao tiene más espinas que el pargo, ¿no? Sí, bueno, pues pargo… y vosotros, ¿qué habéis pedido? … ¿Puedo probarlo? Así que, entre tus múltiples cambios de opinión y las traducciones simultáneas al maître, no quedó claro el plato que deseabas. Cuando te pusieron por delante un bacalao con patatas y crema, estallé en risa porque me parecía que aceptabas inseguro e indeciso el menú, y mi carcajada rebotó primero sobre ti y luego sobre Ciro y Loïc. En ese instante de feliz alboroto, entendí que eras parte del argumento de nuestras vidas y que la obra carecía de pulso sin tu existencia. Continuamos el viaje hasta Sidi Ifni, no sin sobresalto en el camino, pues nos abandonabas en ocasiones, ya que no estabas dispuesto a subir el desfiladero en un burro que te colocaba al borde del abismo o porque no entendías a los mercaderes de esos zocos que te ofrecían en imposible lengua artículos de marroquinería. Indignado, te excusaste: Sólo pongo una condición para comprar: si encuentro a alguno que me dice en castellano: “Oiga, caballero, le ofrezco mis productos. Pase, por favor”. Entonces sí que me llevo la tienda entera. No así.
Y de nuestros afanes turísticos te deshacías huyendo a cualquier hotel que tuviera birra de importación. Para ganar tiempo decidimos viajar sin parar hasta Mirleft. La oscura carretera no redujo la velocidad con la que Ciro nos conducía, y apaciguabas tu terror llamando a un colega y demandando vuelos desde Agadir o Marrakech, pero nosotros ignorábamos tus miedos y finalmente no nos abandonaste, gracias a tus tranquimacines.
Después de ese viaje, el elenco se redujo a tres porque Loïc se colocó en las Antípodas, y su marcha parece significar ahora preludio de sueño irrevocable. Ni amores ni negocios marchaban, sólo tomó ventaja la enfermedad y en ese trance decidiste emular a Séneca.
Pero fueron muchos los días con sus noches donde fuimos tres, donde abandonabas Villa Margarita y te hospedabas en Mayor. Contabas episodios de tu vida y la concurrencia de los sábados reía y pedía bises, pues no hubo mejor narrador de su propia historia que tú, sacerdote apóstata, marica vanguardista, hombre entre los hombres.
La irritación que tus desmadres provocaban era un precio justo que pagaba quien te quería. Pues… ¿quién fue mejor maestro en la enseñanza de los irreales paraísos? ¿A quién debo, si no, las felices noches de delirios, la luminosa asunción del vértigo con el que vivo? Esas fueron mis razones para hacerte desistir, pero, ¿quién detiene a este salvaje, quién desdice a este reo de sus libres decisiones?
Cambiaste la escenografía para morir sin cruces sangrientas en tus muñecas, y el dios de última hora al que te ofreciste no fue más que un Sócrates vendido a las nuevas cicutas del trapicheo y la fanfarria. Enhorabuena, Julio. Gracias por aliviar la circunstancia. No tuvimos que buscar un departamento con bidet, condición imperiosa para atraerte a la caótica ciudad. Se perdieron los días californianos entre las lágrimas y la perplejidad. Desde Sherman Oaks hasta este Eje Central hemos inventado un templo volátil donde podemos castigarte a placer, pues ni muerto conseguirás que el olvido se zampe los azules días donde fuimos tres.

Nota para el Juez: Si la magia es testimonio, apunto, Señoría, que tuvimos un aviso de las intenciones de nuestro amigo Julio Romero. Durante nuestro viaje por California, Arizona y Nevada, nuestra cámara digital se empecinó en sacar una imagen de este ilustre pendejo tomada un año antes. Dicha imagen reaparecía insistentemente cada noche al descargar los archivos en el ordenador, a pesar de haber sido borrada de la memoria de la tarjeta unos diez meses atrás. Destaco el inexplicable suceso por si se honra condenarnos a viajar eternamente sobre el lomo de su último expediente.

Mili Crespo

Sin vergüenza

¿NADIE SE ANIMA?. AHI VA OTRO RESCATE.

Vendrá el tiempo
a desmentir el juego
de los convencidos
y sonarán como cantos gregorianos
en las tempranas mañanas
el latido indecente de los sentidos.
Se abrirán
cielos más serenos
y a los días que ya murieron
se otorgará
el adiós de los valientes
sin recordar,
sin repetir la vieja letanía
por la que ciegos y cansados
estamos en este hoy sin nada
y todo por delante.
Vendrá el tiempo a
certificar el camino abierto
a los que aún buscan,
a los que no contemplan
las estancadas aguas
del pasado

TERESA


Duerme Teresa y sueña

sin ser perdonada

que un hombre viejo la lleva

hasta la fuente de Roya.

Con una esponja frota sus pechos

hasta hacerlos crecer;

hasta quitarle la culpa;

hasta encenderle el deseo

que bulle dentro de una niña

que ya no es Teresa.

Gramática subversiva

Todas las patadillas al diccionario tienen su minuto de escarnio. Tablón de avisos: Aquí cabe lo que más os choque.

Una que jamás oí fuera de Estepa: Vilorio . ¡Qué vilorio!, se dice de alguien que es tontuelo pero vivo a la vez. Adjetivo contradictorio. Nunca acabas de saber si lo sueltan con desprecio o con cariño.

Un titular del periódico El Universal de México:"Quieren boletinar a rijosos en antros"

LA EXTRAÑA DESAPARICION DE LA REPUBLICA DE CALAMBURA (Novela para jugar, colectiva)

Esto es un juego para descolocar a las caras más reales y someterlas al poder de la invención. Vamos a buscar personajes por el mundo y hacer con ello una novelita de terror y risa.. Las reglas a seguir son bien fáciles. Calambura propone un primer capítulo que terminará con la aparición en escena de un personaje que tendréis que adivinar. Las preguntas serán al descarte: Desde aquí solo responderemos afirmativa ó negativamente. El que primero averigüe el personaje que está detrás, continúa con la narración . El tamaño debe tener un mínimo de diez líneas. Dejará siempre abierto el texto para que Calambura coloque al siguiente personaje para así, volver al juego con un segundo que comenzará su travesía donde el escritor anterior lo haya dejado.



No sé si queda claro pero, mejor ,empecemos con el primer capítulo.






1. UNA TARDE COBRIZA.



Eso pensaba Lorenzo Rivas de Oca, embajador que estrenaba dorado exilio en el minúsculo país flotante la Polinesia. Para sus adentros, un resquemor le subia hatsta la laringe cuando recordaba las cara de su ministro y la palmadita final al recibir la felicitación: Bueno Lorenzo, despúes de Tel Aviv, su nuevo destino le va a saber a gloria, ya verá. Pero Lorenzo, ávido y ambicioso no podía dejar de pensar que este regalo era más bien un castigo. Ser el primer embajador de un pais tan chico que no sobresalía en nada. Con lupa debía mirarse en el atlas, con paciencia se contaban sus 20.ooo habitantes. Pero esta era la primera vez que España se decidía a colocar una embajada allí. Las razones , decía su ministro, eran económicas y estratégicas pero no tenía claro que ese micro país prometiera un futuro. Su país vecino, estaba amenzado por el cambio climático. Sus habitantes habían decidio abandonar la isla porque los cinco metros sobre el nivel del mar auguraban escasas posibilidades de vida.



El piloto anunció el descenso. Lorenzo se giró con desgana para mirar la isla que lo acogería en los próximos cinco años pero sus ojos se expandieron por el doble cristal de la ventanilla. Pero, ¿donde carajo vamos a aterrizar? El atolón donde se suponía estaba la única pista de aterrizaje, aparecia y desaparecía de su vista según las olas bañaban el minúsculo terreno. Pero ¿qué carajo hago yo aquí?. Se tuvo que tragar el escrúpulo y las ganas de llorar. Quería regresar a Madrid, abandonar el cuerpo diplomático. Tres años encerrado estudiando unas oposiciones para acabar en una era inmisericorde . Jamás se quejó de sus anteriores destinos, jamás puso en aprietos a su pais. Ni una palabra de más. Cuando las ruedas del tren de aterrizaje se comieron la pista, un deseo rabioso invadía el ánimo del joven embajador. Ojalá se trague el mar esta mierda de país. Resopló, cerro su ordenador portátil y sonrío a la azafata australiana. Welcome to Calambura, sir.



Nadie vino a buscarlo al aeropuerto. Tenía la dirección de su mansión, una construcción moderna que abarcaba cuatro módulos pintados en blanco y azul cercando un jardín con piscina y mirador frente al mayor arrecife de coral que poseía la isla. España había participado en el plan de desarrollo sostenible de esta pequeña república y eLorenzo llevaba el encargo de vigilar el proyecto y hacer de España la etiqueta de presentación. Era esta clase de tontería con las que el nuevo gobierno pretendía colocar el buen nombre de la España progresista y hippie. Las buenas intenciones de España en el mercado de Calambura y ahí estaba Lorenzo Rivas de Oca para alcanzar el reto. La producción de aceite de coco y de coral se multiplicaría y, en cada exportación, Calambura estaba obligada a nombrar a su país benefactor.



El silencio solo se rompia por los encontronazos del mar con el malecón y algunos pájaros perezosos. Lorenzo esperó a la tripulación. No le resultó extraño ser el único pasajero que salío de Camberra aquella la mañana pero lo que le inquietó fue ver que dos aviones morían en un hangar junto a la pista y que la sala no reflejaba movimiento humano alguno. Capitán: dígame, ¿cúal es la frecuencia de vuelos a Calambura ? El capitán acostumbrado a encontrarse con la perplejidad en cada aterrizaje, invirtío la realidad, obviando la mayor, los que dejaron de volar. Australia y Nueva Zelanda mantines sus dos vuelos quincenales. Pero la zozobra seguía anidada en las pestañas del perdido embajador. El capitán le tomó del brazo y lo acompañó a la sala de llegada. Se suponía que debía recogerlo el secretario de la oficina de negocios. La oficina llevaba abierta un par de meses. Hasta entonces, Calambura no estuvo en los planes de ningún gobierno. Un hombrecillo de ojos achinados, enfundado en mono azul, apareció corriendo por la sala, se estiraba las mangas hasta parecer que se desgajaban de la sisa. Su olfato le dijo que de los tres hombres, su nuevo jefe debía ser el flaco y largo rubio de ojos exaltados. Ah¡ Mister Mister, I,M sorry. Over there, over there, please.Le arrebató su maletín y con empujoncitos lo viró frente al Rolls Royce. El lujo reanimó a Lorenzo: No todo ha desaparecido, merci dieu. Se recompuso y ante la falta de oficialidad que le ponía a merced de una extraña libertad recuperó sus modales y quiso despedirse de la tripulación. Para su sorpresa, la tripulación se encerró en el baño y las grandes carcajadas que de allí salían amenazaban con tirar la puerta. El hombrecillo que no entendía de compostura, empezó a jalar las mangas de su jefe hasta quitarle unos gemelos de zafiro comprados en el bazar de Calcuta. Notó el empleado que su buena voluntad se convirtió en gravio y a cuatro patas tanteo loseta por loseta la fantasmal sala. La tripulación seguiá tronando risas en el baño, el hombrecillo seguía buscando los gemelos de zafiro y Lorenzo, se rindió. Se dejó caer en la única banqueta que diponía la sala y guardó para sí su pliego de exigencias. Nadie recogerá su equipaje, nadie le pedirá su pasaporte, nadie le dará la bienvenida y nadie le pedirá explicaciones. De un manotazo levantó a su servidor de los suelos y lo obligó a encaminarse al Rolls. Que se mueran de la puta risa, carajo..... El hombrecillo, sacó un trapo negro del bolsillo y se secó la frente sin apenas levantarse la gorrilla. Con las dos manos en alto, le indicó al nuevo amo que tuviese la paciencia de esperarlo. Corrió todo lo que sus cortas piernas le permitían. Del hangar sacó un carrito rosa de golf y Lorenzo pudo ver como trepaba a la barriga del avión para hacerse con las maletas.Ya sabría que sólo este medio hombre estaría a su lado en este lado del mundo.

Carambula es una isla de 25 metros cuadrados. Una república parlamentaria que reelige presidente cada 5 años. Sólo tres países disponen de misión diplomática aquí: Rusia, Cuba y Francia. Los demás se contentan con oficinas de negocios o con cónsules honorarios representando a los que no están por unos pocos dólares y una visa de derechos amplios. Pero Lorenzo vien dispuesto a multiplicar la producción de coco y corales y etiquetar cada unidad con la España cooperante.

¿Sabrá este renacuajo llevarme a casa?, se decía bajito. Ole, Ole, Raúl, Torres, olé, le animaba su servidor mientras lo torturaba por las sinuosas curvas de una carretara apuntalada por barriles con el nombre de un dios que debió salvar a la reina Victoria en un tiempo más esplendoroso.

La casa se alzaba en un montículo . El renacuajo aparcó en el porche el gran Roll. Lorenzo se empezaba a acostumbrar a la extraña soledad. Recorrió, una a una, cada estancia.Todo en orden. Aún olía a agua perfumada los suelos y los roperos. Los ventiladores de grandes aspas funcionaban a tres velocidades. Los mosquiteros tenían la prestancia del estreno. Se asomó desde la ventana y vió al hombrecillo empeñado en relimpiar el rolls. La vista era poderosa. Agua y una ligera bruma. Debía llamar a España. Puso la bateria de su celular portátil a cargar. No le salía palabra alguna. Decidió aplazar la comunicación hasta deshacerse de su desasosiego. Un estruendo lo empujó a la ventana: el hombrecillo, bocabajo yacía en la piscina. El verde musgoso se mezclaba con el rojo oscuro de su sangre. Alguien puso en marcha el Rolls. Un hombre de cara redonda que él reconocía abria la puerta trasera del coche. Los dos se encontraron en la mitad de la distancia. Antes de subirse, el tipo sonrío a Lorenzo , llevandose el índice de su regordeta mano derecha a la boca. Esa petición de silencio esculpio en el aire una amenaza que recorreria cada esquina de Calambura cada tarde, cada segundo de vida que la isla contaba antes de que el mar se la tragara.




El primer personaje:




Su parecido es una mezcla bien conseguida del Dioni y José Mª Iñigo. Acostumbra a rodearse de malas compañias y recogió el testigo de un secuestrado.




Pregunta: ¿Es español?- No

Seccion para todos los ávidos de la RAE

¿Que significa "arruar"? Se abre la veda. Atención: no hay más premio que la curiosidad.

Y otra con la "A": Aclla.