lunes, 13 de octubre de 2008
A veces, Oscar
lunes, 29 de septiembre de 2008
FÁBULA IMPROCEDENTE DE OTOÑO. EL DESPERTAR DE BARCULIA
Nunca quiso que le otorgasen la gracia de esta tiranía, que la desterrasen al país de las lenguas perdidas, al reino más pequeño del Gran Imperio de Ripoudia, regentado por la estirpe de los Ripou desde hacía 300 años. La suerte estaba echada para Merkel-Li-Ripou; los dados se empeñaban en los unos y no pudo obtener de su padre y emperador, Shusta-Ba-Ripou, más que el gobierno del reino de Barculia. En otros tiempos, esta tierra de bibliotecarios suponía un peldaño, un escaparate, el punto de partida hacia la corte imperial de TazMoncol. Antes de Merkel-Li-Ripou, Egus-Ba-Ripou, tío de Merkel, torturó a sus ciudadanos sin despeinarse, lo que tiene mérito pues su cólera traspasó las lindes del imperio aunque se las ingenió para hacerse necesario como Mandón Imperial de las Palabras Ambiguas. En su primer paseo por la Gran Avenida de las Artes, Merkel, quedó preocupada por la omnipresencia de su antecesor. Tendria que sobreponerse y librarse de las 6.000 esfinges y los 2.000 retratos con los que había colmado el reino, en su inagotable voracidad propagandística. Egus, alias El Cardado, casi liquidó las arcas de Barculia, aumentando escandalosamente la partida dedicada a su autoalabanza pero, a fuerza de multiplicarse en imágenes, alcanzó el peldaño más preciado. Contaba con la ceguera de su hermano, el emperador, cuya debilidad por la propaganda del gesto desdibujaba cualquier rasgo de cordura. Nadie como Egus para multiplicarla por cada rincón. La espléndida visión de una Barculia reinventada con grandes bibliotecas y templos dedicados al Gran Diccionario de la Fanfarronería disminuyó el detalle de que en la mayoría de estos edificios, en su interior, apenas había libros en las estanterías, ni mesas apropiadas para el estudio, ni conservadores bien formados.
Merkel-Li-Ripou detuvo con largueza su mirada sobre los estrábicos ojos de Ramsóm. Dedujo que ese defecto se debía más bien a su carácter psicópata que a una degeneración física. Ramsóm era el Mandón General de Digitalia, la cancillería más relumbrante en la época de la imagen. Merkel creía comprender a su tío Egus por haber nombrado a este encorvado con apariencia de buitre abandonado en tan codiciado puesto: la propaganda es la propaganda, se dijo mientras torcía la nariz. No haré que se bañe, me conviene ese mal olor,mmm… Contrarrestaré con mi voz de soprano … En ese instante, Merkel compuso su estrategia. Antes de eliminar al plantel heredado de Egus, haría su farsa de la sencillez, es decir, visitaría todas las estancias administrativas y saludaría, uno a uno, a todos los empleados del reino. Su inseparable Max Biempobre estaría a su lado en su primera visita a las seis plantas del Palacio de las Siete Mandatas. Con estudiadas paraditas preguntó al encargado de intendencia, a la jefa de limpieza o a los vigilantes de puerta por su familia o el desempeño de su labor. Algo la inquietaba en su camino, mucho más que la omnipresente imagen de su tío Egus por cada rincón del edificio, algo que no podía descifrar ni su potente agudeza. Se le aclararon la ideas cuando llegó a la quinta planta: El joven Párvel Sequer, un oficial de imagen, al ser preguntado por su condición en el trabajo, le respondió con la sinceridad de los nobles de alma, con la valentía de los que saben darse por perdidos: Estaríamos mejor si nos devolvieran las tinajas de agua. Al requerírsele una explicación más exacta, no se detuvo Párvel, a pesar de la desafiante mirada de Ramsóm que, a esas horas, empezaba a afilar sus dagas contra el muchacho: Brutus el Lancero nos castigó por reclamar el domingo como festivo. Salió al quite su jefe y servil mano derecha (más bien garra sin más) de Ramsóm Depodar, Magno Lonetto. El fiel compinche de Ramsóm era todo un compendio de la impostación. Decían las lenguas que en realidad se llamaba Zaldos Corectus, un suevo, un conocido delincuente en la gendarmería de Cerdeñita. Se tenía la certeza de que había matado al verdadero sujeto que portaba su actual nombre y apellido. Intentó borrar la osadía de Párvel con un dramático gesto: Su Altanería, bienvenida a erta su casa, y, mientras su rodilla se estrellaba contra el mármol, sus dedos sudorosos depositaron un gran retrato enmarcado en plata cordobesa en los brazos de su nueva ama. Ignorando la ridiculez del gesto, ella traspasó el pesado obsequio a su chambelán, Max Biempobre, tratando de avanzar por la sala de los artistas. Merkel notó un nudo en el estómago. Algo parecido a la angustia descolocó su humor y pensó en abreviar su farsa del congraciarse porque no era éste el teatro que se había tejido. Aún así decidió avanzar, pero el forzudo jefe de pantallas, Cósimo Ávralos, rompió el aire a su paso y, sin detenerse en el cortejo, se carcajeó del cuadro: ¿Pero estamos en Flamencolandia? Tarde comprendió que la escena obligaba a una compostura para la que no estaba preparado. Jamás había visto a Egus fuera de las grandes ceremonias, y de Merkel-Li-Ripou solo atinó a fijarse en su melena de estropajo. Una carcajada aún más impertinente sonó al final del pasillo: una chica saludó alegre a Cósimo y se fue con él sin que la nueva tirana pudiera echarle el ojo. Como si nada pasara, Merkel sobreactuaba escondiendo su lividez. Ramsóm Depodar le propuso acercarse al estudio de pintura. Fue ahí donde la comedia rozó el fracaso: Las hermanas pintoras, Clara y Elisa Martoli, sin dejar de ser educadas, saludaron a la nueva mandataria con un breve y unísono: "Bien, gracias", levantándose para ir a desayunar. Se les unió al número otro compañero pintor, Francesc Cuétar. Ramsóm, tragando toda su saliva, tiró de la chaqueta del Jefe de la Biblioteca Digital, Maranus Mikeli, quien, por no caer sobre Merkel, aplastó el pie a Max Biempobre. Las explicaciones de Maranus tratando de sacar el do más alto de su voz para apaciguar el ruidoso abandono de los artistas corriendo felices a repostar su ánimo, fue preludio del golpe de gracia. Párvel, que aún seguía en la escena, remató el esperpento: Bienvenida, señora, me bajo a desayunar. Magno Lonetto y Ramsóm Depodar intentaron agrandarse, conservar la fanfarria de la etiqueta pero Merkel se resintió. Ya tuvo suficiente. La sexta planta sería un rápido pasar con promesa mentirosa. Ya volvería con tiempo. Pero la sexta planta, de repente, se hizo décima. En el rellano de la escalera, el encargado de Publicaciones Barculianas, Dómine Cáster, se dirigió airado y sin miramiento a Magno Lonetto: ¿Cómo crees que puedo publicar tu panfleto si pones ensayo con "ll" y obra con "h"? Le arrojó los folios a los pies y se giró gritando: No imprimo nada tuyo hasta que vayas a la escuela nocturna. Buenos días.
Esa noche, Merkel-Li-Ripou odió a su padre, a Egus, a todo el mundo. Asegurándose de que todo el servicio dormía, derramó su rabia contra el secreter. La suave voz que la distinguía desapareció en las tinieblas de Barculia. Desentonó, sobrehumana y herida, sus intenciones de urgencia: Me quedo con Ramsóm. A éste le puedo medir su debilidad. Lo haré temblar hasta que acabe con todos. Y los voy a ahogar con tinajas de agua. El servicio, alarmado, se levantó con los desgarros creyendo que urracas enloquecidas habían invadido de nuevo los altos del palacio. Esos alaridos no podían ser humanos. Solo Max Biempobre prosiguió su tarea,que no era otra que copiar "Contra Jaime Gil de Biedma" para atragantarse el siguiente desayuno. Mientras cortaba el poema en pedacitos con los que condimentar su sopa de ortigas, alcanzó a descifrar el último lamento de su dueña: ¡Son inteligentes!
Ni uno ni otra sabían todavía la conveniente ristra de embustes que tendrían que fabricar para adueñarse del lugar.
martes, 23 de septiembre de 2008
VISIONES TERRIBLES, AVISOS FELICES
Os adelanto el título:
FÁBULA IMPROCEDENTE DE OTOÑO. EL DESPERTAR DE BARCULIA.
Muy prontito, en este blog.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
SI FUERA
lunes, 8 de septiembre de 2008
SEPTIEMBRE O EL FASCINANTE MUNDO DEL BORDADO
martes, 15 de julio de 2008
LA EXTRAÑA DESAPARICIÓN DE LA REPÚBLICA DE CALAMBURA.
Capítulo II: El mapa equivocado.
Por Teresa Domingo
Lorenzo no salía de su asombro. ¿Era posible que el ministro de defensa colombiano, José Manuel Santos, estuviera detrás del asesinato de aquel hombre? ¿Por qué? ¿Qué tenía en contra suya? Y lo más intrigante ¿qué hace este señor en la pequeña isla de Calambura?
Lorenzo vio como el Rolls se alejaba con el misterio en su interior. “¿Y ahora qué carajo hago?”. Lo primero que hizo fue acercarse al mueble bar…vacío. A la nevera…vacía también. Finalmente, al no encontrar nada para beber y tranquilizarse, encendió un cigarrillo y se planteó llamar a la policía. Sí era lo que tenía que hacer.
“¿Operadora? Soy Lorenzo Rivas, embajador de España (…) No, no con España, con la policía, por favor (…) ¿cómo que con qué policía? Pues con la que tengan ustedes, yo acabo de llegar (…) No, no se lo puedo decir. (…) Bueno pues gracias de todos modos”
Colgó. Así que no disponen de seguridad. La patrulla más cercana estaba a 5 horas en lancha. ¡¡5 horas!! Más le valía andarse con ojo si no quería acabar como…¡el conserje! Todavía estaba flotando en su piscina. Tendría que sacarlo el mismo de allí.
Bajó las escaleras y salió al jardín, rodeó la casa y llegó a la piscina, pero sólo encontró el agua teñida de sangre y un reguero de agua que iba hacia la playa. ¿Qué hacer? Se dispuso a seguir el rastro cuando vio en el suelo una tarjeta de visita mojada y arrugada. La cogió y leyó: “558 PARK ST. ROSE STUNTON. 17:00”. Miró el reloj, eran las 16:20, tenía tiempo de ir, ver quien era esa Rose Stunton y por qué estaba su tarjeta junto a un cadáver desaparecido. “Un momento, ¿qué carajo estoy haciendo? Debería avisar a la policía y no jugar a detectives, pero sólo queda media hora para la cita…”
No había más que pensar, su conserje había sido asesinado y ahora su cuerpo había desaparecido. Se acercó al teléfono “¿Operadora? Sí, el mismo, con la policía, por favor, quiero denunciar una desaparición”.
5 minutos más tarde Lorenzo se estaba cambiando el traje por un polo de sport, pantalones cortos y zapatillas, se puso las gafas de sol y se dirigió al 558 de Park St.
La policía llegaría como pronto a las 10:30, por lo que tenía tiempo para ir, ojear un poco y regresar a tiempo para la denuncia, así seguro que podía dar algo más de información.
Lorenzo caminaba deprisa, echando un vistazo de vez en cuando a un mapa que cogió en el aeropuerto. Llegó con diez minutos de antelación a la cita misteriosa.
En el 558 de Park St. Había un complejo de oficinas con un gran jardín en la entrada, con una fuente en el centro y dos bancos enfrentados junto a ella. Decidió sentarse y esperar. Sacó el mapa de su bolsillo y se puso a ojearlo, como disimulando. Se dio cuenta de que si aparecían las personas citadas no se iba a poder esconder en ningún sitio. Quizá estaría mejor situado a la entrada del jardín.
Se levantó del banco justo cuando una mujer avanzaba por el paseo en su dirección. Lorenzo se quedó alucinado. La mujer rodeó la fuente y se sentó frente a él.
SEGUNDO PERSONAJE: Es una cantante de discreta carrera pero suele aparecer en prensa por otras razones.
lunes, 7 de julio de 2008
TERESA
martes, 1 de julio de 2008
Error de sistema
Me largo de mi propio blog porque temo que estoy a punto de ingresar en la sala de psicoterapia. No pretendía más que advertiros de las sandeces que a diario palpo pero, antes de convertirme en una abuelita vengativa, me queda memoria para anunciaros el nacimiento de una nueva revista digital a la que estáis invitados a participar.
www.errordesistema.com es un espacio feliz donde podréis colaborar sin agravante de disfraz. Va por ustedes. Allí cabemos todos.
Un saludo.
domingo, 15 de junio de 2008
UNA GIORNATA PARTICOLARE.
lunes, 9 de junio de 2008
El amor del capo
Cuidado: lo que parece reproche de abuela desorientada puede ser el comienzo de una venganza que sólo la maldad del ignorante es capaz de pertrechar. Grabadora en pie de guerra y recabación de pruebas. Sin relajo. El mono herido tiene una mala leche de primera. Y no digamos el que se esconde detrás de él.
P.D.: Animaros a jugar con la novela.
domingo, 1 de junio de 2008
LA EXTRAÑA DESAPARICIÓN DE LA REPÚBLICA DE CALAMBURA (Novela colectiva)
No sé si queda claro pero, mejor ,empecemos con el primer capítulo.
1. UNA TARDE COBRIZA.
Eso pensaba Lorenzo Rivas de Oca, embajador que estrenaba dorado exilio en el minúsculo país flotante de la Polinesia. Para sus adentros, un resquemor le subia hasta la laringe al recordar la cara de su ministro y esa palmadita final al recibiendo la felicitación: Bueno Lorenzo, despúes de Tel Aviv, su nuevo destino le va a saber a gloria, ya verá. Pero Lorenzo, ávido y ambicioso, no dejaba de pensar que este regalo era más bien un castigo. Ser el primer embajador de un pais tan chico que no sobresale en nada no es sinónimo de premio. Con lupa debía mirarse en el atlas, con paciencia se contaban sus 20.ooo habitantes. Esta era la primera vez que España se decidía a colocar una embajada allí. Las razones , decía su ministro, eran económicas y estratégicas aunque no tenía claro el joven embajador que ese micro país prometiera un futuro halagüeño.
El piloto anunció el descenso. Lorenzo se giró con desgana para mirar la isla que lo acogería en los próximos cinco años pero sus ojos se expandieron por el doble cristal de la ventanilla. Pero, ¿donde carajo vamos a aterrizar? El atolón donde se suponía estaba la única pista de aterrizaje, aparecia y desaparecía de su vista según las olas bañaban el minúsculo terreno. Pero ¿qué carajo hago yo aquí?. Se tuvo que tragar el escrúpulo y las ganas de llorar. Quería regresar a Madrid, abandonar el cuerpo diplomático. Tres años encerrado, estudiando unas oposiciones para acabar en una era inmisericorde . Jamás se quejó de sus anteriores destinos, jamás puso en aprietos a su pais. Ni una palabra de más. Cuando las ruedas del tren de aterrizaje se comieron la pista, un deseo rabioso invadía el ánimo de Lorenzo. Ojalá se trague el mar esta mierda de país. Resopló, cerró su ordenador portátil y sonrío a la azafata australiana. Welcome to Calambura, sir.
Nadie vino a buscarlo al aeropuerto. Tenía la dirección de su mansión, una construcción moderna que abarcaba cuatro módulos pintados en blanco y azul, cercando un jardín con piscina y mirador frente al mayor arrecife de coral que poseía la isla. Nuestro país participaba en el plan de desarrollo sostenible de la pequeña república y Lorenzo llevaba el encargo de vigilar el proyecto y hacer de España la etiqueta de presentación. Era esta clase de tontería con las que el nuevo gobierno pretendía colocar el buen nombre de la España progresista y hippie. Las buenas intenciones patrias en el mercado de Calambura; ahí estaba Lorenzo Rivas de Oca para alcanzar el reto. La producción de aceite de coco y de coral se multiplicaría y, en cada exportación, Calambura estaría obligada a nombrar a su país benefactor.
El silencio solo se rompia por los encontronazos del mar con el malecón y algunos pájaros perezosos. Lorenzo esperó a la tripulación. No le resultó extraño ser el único pasajero que salió de Camberra aquella la mañana pero lo que le inquietó fue ver que dos aviones morían en un hangar junto a la pista y que la sala no reflejaba movimiento humano alguno. Capitán: dígame, ¿cúal es la frecuencia de vuelos a Calambura ? El capitán acostumbrado a encontrarse con la perplejidad en cada aterrizaje calambureño, invirtío la realidad, obviando la mayor: los que dejaron de volar. Australia y Nueva Zelanda mantienen sus dos vuelos quincenales. La zozobra seguía anidada en las pestañas del perdido embajador. El capitán le tomó del brazo y lo acompañó a la sala de llegada. Se suponía que debía recogerlo el secretario de la oficina de negocios. La oficina llevaba abierta un par de meses. Hasta entonces, Calambura no estuvo en los planes de ningún gobierno. Un hombrecillo de ojos achinados, enfundado en mono azul, apareció corriendo por la sala, estirándose las mangas hasta parecer que se desgajaban de la sisa. Su olfato le dijo que de los tres hombres, su nuevo jefe debía ser el flaco y largo rubio de ojos exaltados. Ah¡ Mister Mister, I,M sorry. Over there, over there, please. Le arrebató su maletín y con empujoncitos lo viró hacia un espléndido Rolls Royce. El lujo reanimó a Lorenzo: No todo ha desaparecido, merci dieu. Se recompuso y ante la falta de oficialidad que le dejaba a los pies de una extraña libertad, recuperó sus modales y quiso despedirse de la tripulación pero, ésta, encerrada en el baño , reservó las grandes carcajadas para los aseos y detrás de sus puertas la la explosión de risa amenazaba con tirar la puerta. El hombrecillo que no entendía de compostura, empezó a jalar las mangas de su jefe hasta quitarle unos gemelos de zafiro comprados en el bazar de Calcuta. Notó el empleado que su buena voluntad se convirtió en agravio y a, cuatro patas, tanteó ,loseta por loseta, la fantasmal sala. La tripulación seguiá tronando en el baño mientras el hombrecillo empeñaba su vida en recuperar los botones/joya. Lorenzo se rindió. Se dejó caer en la única banqueta que diponía la sala y guardó para sí su pliego de exigencias. Nadie recogerá su equipaje, nadie le pedirá su pasaporte, nadie le dará la bienvenida y nadie le pedirá explicaciones. De un manotazo levantó a su servidor de los suelos , obligándole a dirirgirlo al Rolls. Que se mueran de la puta risa, carajo..... El hombrecillo, sacó un trapo negro del bolsillo y se secó la frente sin apenas levantarse la gorrilla. Con las dos manos en alto, le indicó al nuevo amo que tuviese la paciencia de esperarlo. Corrió todo lo que sus cortas piernas le permitían. Del hangar sacó un carrito rosa de golf y Lorenzo pudo ver como trepaba a la barriga del avión para hacerse con las maletas. ya supo en ese instante que sólo el medio hombre estaría con él en este lado del mundo.
Carambula es una isla de 25 kilómetros cuadrados. Una república parlamentaria que reelige presidente cada 5 años. Sólo tres países disponen de misión diplomática aquí: Rusia, Cuba y Francia. Los demás se contentan con oficinas de negocios o con cónsules honorarios representando a los que no están por unos pocos dólares y una visa de derechos amplios. Lorenzo viene dispuesto a multiplicar la producción de coco y corales y etiquetar cada unidad con el nombre de la España cooperante.
¿Sabrá este renacuajo llevarme a casa?, se decía bajito. Ole, Ole, Raúl, Torres, olé, le animaba su servidor mientras lo torturaba por las sinuosas curvas de una carretara apuntalada por barriles con el nombre de un dios que debió salvar a la reina Victoria en un tiempo más esplendoroso.
La casa se alzaba sobre un montículo . El renacuajo aparcó en el porche el gran Rolls. Lorenzo se empezaba a acostumbrar a la extraña soledad. Recorrió, una a una, cada estancia. Todo en orden. Aún olían a agua perfumada los suelos y los roperos. Los ventiladores de grandes aspas funcionaban a tres velocidades. Los mosquiteros tenían la prestancia del estreno. Se asomó desde la ventana y vió al hombrecillo afanado en relimpiar el Rolls. La vista era poderosa. Agua y una ligera bruma. Debía llamar a España. Puso la bateria de su celular portátil a cargar. No le salía palabra alguna. Decidió aplazar la comunicación hasta deshacerse de su desasosiego. Un estruendo lo empujó a la ventana: el hombrecillo, bocabajo, yacía en la piscina. El verde musgoso se mezclaba con el rojo oscuro de su sangre. Alguien puso en marcha el Rolls. Un hombre de cara redonda y reconocible abria la puerta trasera del coche. Los dos se encontraron en la mitad de la distancia. Antes de subirse, el tipo sonrío a Lorenzo .Llevandose el índice de su regordeta mano derecha a la boca le exigió silencio. Esa petición esculpió en el aire una amenaza que recorreria todas las esquinas de Calambura cada tarde, cada segundo de vida que la isla contaba antes de que el mar se la tragase.
El primer personaje:
Su parecido es una mezcla bien conseguida del Dioni y José Mª Iñigo. Acostumbra a rodearse de malas compañias y recogió el testigo de un secuestrado.
Pregunta: ¿Es español?- No
2. El mapa equivocado
Lorenzo no salía de su asombro. ¿Era posible que el ministro de defensa colombiano, José Manuel Santos, estuviera detrás del asesinato de aquel hombre? ¿Por qué? ¿Qué tenía en contra suya? Y lo más intrigante ¿qué hace este señor en la pequeña isla de Calambura?
Lorenzo vio como el Rolls se alejaba con el misterio en su interior. “¿Y ahora qué carajo hago?”. Lo primero que hizo fue acercarse al mueble bar…vacío. A la nevera…vacía también. Finalmente, al no encontrar nada para beber y tranquilizarse, encendió un cigarrillo y se planteó llamar a la policía. Sí era lo que tenía que hacer.
“¿Operadora? Soy Lorenzo Rivas, embajador de España (…) No, no con España, con la policía, por favor (…) ¿cómo que con qué policía? Pues con la que tengan ustedes, yo acabo de llegar (…) No, no se lo puedo decir. (…) Bueno pues gracias de todos modos”
Colgó. Así que no disponen de seguridad. La patrulla más cercana estaba a 5 horas en lancha. ¡¡5 horas!! Más le valía andarse con ojo si no quería acabar como…¡el conserje! Todavía estaba flotando en su piscina. Tendría que sacarlo el mismo de allí.
Bajó las escaleras y salió al jardín, rodeó la casa y llegó a la piscina, pero sólo encontró el agua teñida de sangre y un reguero de agua que iba hacia la playa. ¿Qué hacer? Se dispuso a seguir el rastro cuando vio en el suelo una tarjeta de visita mojada y arrugada. La cogió y leyó: “558 PARK ST. ROSE STUNTON. 17:00”. Miró el reloj, eran las 16:20, tenía tiempo de ir, ver quien era esa Rose Stunton y por qué estaba su tarjeta junto a un cadáver desaparecido. “Un momento, ¿qué carajo estoy haciendo? Debería avisar a la policía y no jugar a detectives, pero sólo queda media hora para la cita…”
No había más que pensar, su conserje había sido asesinado y ahora su cuerpo había desaparecido. Se acercó al teléfono “¿Operadora? Sí, el mismo, con la policía, por favor, quiero denunciar una desaparición”.
5 minutos más tarde Lorenzo se estaba cambiando el traje por un polo de sport, pantalones cortos y zapatillas, se puso las gafas de sol y se dirigió al 558 de Park St.
La policía llegaría como pronto a las 10:30, por lo que tenía tiempo para ir, ojear un poco y regresar a tiempo para la denuncia, así seguro que podía dar algo más de información.
Lorenzo caminaba deprisa, echando un vistazo de vez en cuando a un mapa que cogió en el aeropuerto. Llegó con diez minutos de antelación a la cita misteriosa.
En el 558 de Park St. Había un complejo de oficinas con un gran jardín en la entrada, con una fuente en el centro y dos bancos enfrentados junto a ella. Decidió sentarse y esperar. Sacó el mapa de su bolsillo y se puso a ojearlo, como disimulando. Se dio cuenta de que si aparecían las personas citadas no se iba a poder esconder en ningún sitio. Quizá estaría mejor situado a la entrada del jardín.
Se levantó del banco justo cuando una mujer avanzaba por el paseo en su dirección. Lorenzo se quedó alucinado. La mujer rodeó la fuente y se sentó frente a él.
domingo, 25 de mayo de 2008
EL ASESINATO DE TERRY (homenaje a Olivier Nunes).
domingo, 18 de mayo de 2008
COSLADA CONECTION
Por cierto, ese tipo que presume de sus 45 años de profesión y jamás responde a los correos, acomplejado por su anafalbetismo de salón y escribe ensallo, hobra y corecto mientras se pasea por los viajes oficiales atento siempre a fotografiar a su jefa y regalando el resultado de su eterno peloteo en marquito de plata, es el perfecto ejemplo de esbirro o negrero. Su disposición va encaminada exclusivamente a salvar su trasero. Como él, hay muchos dispuestos a perpetuar a los que sí saben y se emplean a fondo en ejecutar la sinrazón, por unas monedillas.
Ayer, sábado, fuí a ver el documental de Almudena Carracedo, Made in L.A., un buen ejemplo de arte y conciencia política que dibuja sin deslices al ser humano. Almudena tiene el don de poner la cámara en el alma de los más pobres sin manchar su historia con tintes caritativos. El relato de Lupe, María y Maura, tres emigrantes guerreras que lideran la protesta contra la empresa textil Forever 21 consiguiendo dignificar su trabajo de costureras en medio del infierno capitalista californiano, rompe la distancia entre el miedo y la necesidad de justicia. Ellas diluyen la flojera que supone meterse en estos berenjenales. Lo bueno de esta época es que la Historia se nutre de gentes como estas mujeres dispuestas a batallar sin poseer el aura de los linajes privilegiados.
martes, 15 de abril de 2008
¡EL DINERO HABLA!
Hola soy un billete de 500 euros y mi vida es muy triste. Me retiene un señor en su caja fuerte para "darme a valer", para que mi ausencia desbarate los tipos de interés.
lunes, 14 de abril de 2008
En A Coruña
Menos mal que mi jefe, el Joputa, me da una de cal y otra de arena. El jueves me la paso dando vueltas con los de Circo Price. Necesito sacarme estas serpientes de la tripa. En O Grove me limé las esquirlas , la horita fatal de ese auto encumbramiento demoledor. Yo vivía bien mi nueva condición de arraigada en la piel del toro. Maldito este cardado que me echó de bruces a la hoguera de la realidad. R-E-A-L-I-D-A-D. ¿Me comprenden? Esta putada en toda regla me acercó a necesidades que no necesitaba. Perdonen la redundancia pero la experiencia desbarató mi sintaxis.
sábado, 12 de abril de 2008
No cualquier historia contada por una cualquiera
Mi jefe, estrábico y entusiasta director adjunto de "Información y punto", la nueva apuesta que compite directamente con "EL País", me regala cada trabajito que ni yo misma me creo. Es que mi jefe, si está por una, se olvida de ser el mayor "hijoputa" de los spanish mass media. Eso es lo que me dice cada mañanita en la primera junta. No sé. No quiero enemistarme. Recién empiezo y no quisiera ir de sobrada. Tengo buenos compañeros pero me da que no son muy confíados con lo que dicta mi jefe. No sé. Tengo dos años de vivir en Madrid y abandoné bien prontito las filas de teleoperadores colombianos. Nací en Bucaramanga pero mi abuelo, Manuel, y mi papá, Hermógenes, son españoles. Que poquito me costó mi pasaporte. Unas vueltitas por la calle Luna y poco más. Yo no tengo la culpa de que una guerra fraticida me haya internacionalizado. Mi abuelo Manuel era hijo de checo y malagueña. De purita casualidad, tengo un apellido que vale cien soles y un back ground que mata a mis colegas. Hay que joderse con la colombiana, es la forma de dar los buenos días de Gabriel, mi cámara. El muy pendejo, cada mañana, cuando salgo con mi orden de la mesa de redacción, me insulta: Sin tus tetas no tendrías tales encarguitos. Vaya por dios, qué penita con mi jefe. Qué penita con los envidiosos. Y qué culpa tengo yo de que me aprueben la propuesta de entrevistar al candidato por La Coruña (qué coraje me da eso de A Coruña. O estamos en España o en Galicia). Gabriel desconfía porque mis retos resultan sospechosos. Un anarquista. Eso es lo que es. Uno de esos que ya no existen pero es un profesional. Para él no soy más que una sospechosa. Pendejito de caca. Por mi labor, estamos en Barajas. Si yo no caigo en el nuevo medio, este Gabriel no se mueve de Madrid. Y ,mal agradecido, me trata como a una fulana. Mi abuelo y mi padre son españoles, qué te piensas, chusmita. A ver si ahora me tengo que disculpar por brillar con luz propia a los 27. Tengo un máster en toditas todas las nuevas tecnologías y en periodismo por la red. Tengo un máster en sortear escollos administrativos. No me hizo falta ser de Armenia para lograr mi pasaporte. Mi papá y mi abuelito eran más españoles que tú. Menos mal que ya mismito embarcamos. No sé lo que habrá visto esa Amanda en tí. No sé. Con ella, seguro que no te has comido un carajito.Sin mí, tú no vas camino de este final de campaña. No entrevistas al ministro super star. A ver mañana. A ver esa Amanda muda cuando nos vea regresar con la grabación de la semana. Qué manía con los cigarrillos. Tienes cinco minutos, Gabri, pa fumar. El gran "Joputa" quiere abrir el informativo con mi trabajo y no me lo vas a reventar. Por mis muertitos que te aguantas. A ver lo que me sopla el candidato.
Y otra palabra.
jueves, 3 de abril de 2008
PRIMERA CRONICA DE LA SEGUNDA ETAPA MEXICANA
Y que se lo digan a Ciro. Nos hemos mudado por estos días y parece que, más que volver al México Insurgente, hemos regresado a las invernales sierras madrileñas. Invadidos por necesidades tan inocentes como cielos y azoteas, olvidamos que el cambio climático es un traidor desconsiderado y cínico, No conoce este nuevo dios más voluntad que su antojo y henos aquí, helados, comprando calentadores en el Chedraui de Avenida Universidad. Este gran hipermercado francés (Carrefour lo llamamos en Europa), se está poniendo las botas con nuestra perplejidad. El Ajusco, la montaña más picuda que cierra por el sur el valle defeño, está helado y ya no sabemos como acurrucarnos. El 20 de noviembre, aquí, tiene un sentido diametralmente opuesto a nuestros nefastos e inciviles fastos franquistas. El 20 de noviembre mexicano es el día de la Revolución, el zarpazo del valiente Francisco Madero a las hordas caciquiles de Porfirio Díaz. Esta razón y la falta de agua caliente nos devolvieron la noche del lunes al hotel Washington, céntrico hotel que nos acoge cada vez que arribamos al Defiéndete. La casita de Tenayuca, en la sureña colonia de Santa Cruz Atoyac ha sido posible agarrarla gracias a Joan (corresponsal de RTVE) y, aunque he perdido a un gran jefe, he ganado a un gran amigo. Hablando de jefaturas: os adelanto que voy vestida de medio gestora cultural, medio coordinadora de proyectos con gente muy, muy, pero que muy y no adelanto más hasta que cobre mi primera nómina y me de masajes en la espalda para recuperarme de este nuevo estrés, porque,- amigos-, esto es México y las cosas se caen o se pierden sin aviso por los abismos. Una red internaútica pirata sube y baja por mi ordenador. Favor impagable mientras cobramos y nos recobramos del desembolso inicial que, - nuca mejor dicho-nos ha dejado tiritando. No sé cuando podré enviaros la nota. Sólo espero que antes de que el sueño me derrote regresen las redes a la piedad pues, poco a poco, he conseguido enviar algunas cartas e informes. Esta ejecutiva ralentizada se toma con bastante buen humor el regreso al valle de las refriegas. Pero no todo es tan arisco: nos marcamos una juerguecita muy imponente en casa de Joan ,el viernes, después de que Ciro bregara con el de los portes hasta nuestro penthouse azoteado mientras esta residente firmaba el contrato de arrendamiento con doña Rebeca, nuestra casera, singular candidata para la próxima crónica de Indias. Con agujetas y risa calentita en nuestros congelados cuerpos insistimos por donde creemos, podemos y queremos. Por aquí estamos; ya quisiera el alcoyano alcanzarnos en moral. México, hoy, dispone de dos presidentes, tropecientos guerrilleros y millones de colores. No vayamos a quejarnos a estas alturas de las contracturas de la espalda o del frío en las orejas. En México nos acordamos de los que vimos y de los que no; nos acordamos de los remolones, de los desaparecidos, de los de ahora, de los de antes, de los de siempre. Un beso y hasta pronto.
miércoles, 2 de abril de 2008
Los que miran al otro lado
Departamento sin bidet
Y ese necesario olvido nos alejó de tus intenciones de Séneca moderno armando los letales artilugios con los que te ofreciste a la diosa NADA.
A Fernando le tocó avisarnos y a él lloramos en ese fatal minuto donde incrédulos y vencidos tuvimos que aceptar que habías querido morir, sin más.
Desde lejos, California no era el mejor escenario para entender la negra y última coreografía que nos regalabas y me enfadé, te hablé desde la herida y me juré abofetearte si la magia te reinventase y te colocase frente a nosotros.
Abandoné mi terquedad infantil porque el llanto de Ciro me obligó a rescatarte con el único modo que me valía. Abrí el ordenador y, en modo presentación, el viaje a Marruecos invadía la pantalla y tú, canalla, te cruzabas feliz mientras Loïc nos retrataba en la playa del Hotel Hypocampe, en Walidiya. Huele aún la imagen a mayonesa de argán y en tu camiseta asoman miguitas de pan que dejabas derramadas porque fueron muchas horas de viaje y el recuerdo de lo digerido calmaba tu infinita hambre, así que ellas fueron también compañeras.
Siempre te reservamos el asiento de atrás porque a los paisajes costeños y picudos se oponía tu interés en hacerte isla y el Calígula de Camus fue oasis sordo que te defendía de los planes y los mapas a los que fuiste sometido. Sólo regresabas a nosotros si la inminente parada te ofrecía la sorpresa de una buena cerveza, pero Ciro lanzó el enésimo aviso: Vamos a ver, Julio, esto no es España, y como niño aceptabas el castigo y rebuscabas entre las bolsas algún resto de pita y frutos secos. Loïc te reconviene y yo susurro, odiosamente maternal, un rápido consuelo: Llegaremos a tiempo para cenar como Dios manda y tú gustas. En Essauira habrá cerveza y vino.
La promesa se cumplió bajo una manta de lluvia que encharcaba el puerto y la entrada a ese restaurante de puerta especiada. Con la cerveza ya apaciguando el buche reclamas al maître un buen pescado sin espinas, y esto abrió la danza de la confusión. Pero el bacalao tiene más espinas que el pargo, ¿no? Sí, bueno, pues pargo… y vosotros, ¿qué habéis pedido? … ¿Puedo probarlo? Así que, entre tus múltiples cambios de opinión y las traducciones simultáneas al maître, no quedó claro el plato que deseabas. Cuando te pusieron por delante un bacalao con patatas y crema, estallé en risa porque me parecía que aceptabas inseguro e indeciso el menú, y mi carcajada rebotó primero sobre ti y luego sobre Ciro y Loïc. En ese instante de feliz alboroto, entendí que eras parte del argumento de nuestras vidas y que la obra carecía de pulso sin tu existencia. Continuamos el viaje hasta Sidi Ifni, no sin sobresalto en el camino, pues nos abandonabas en ocasiones, ya que no estabas dispuesto a subir el desfiladero en un burro que te colocaba al borde del abismo o porque no entendías a los mercaderes de esos zocos que te ofrecían en imposible lengua artículos de marroquinería. Indignado, te excusaste: Sólo pongo una condición para comprar: si encuentro a alguno que me dice en castellano: “Oiga, caballero, le ofrezco mis productos. Pase, por favor”. Entonces sí que me llevo la tienda entera. No así.
Y de nuestros afanes turísticos te deshacías huyendo a cualquier hotel que tuviera birra de importación. Para ganar tiempo decidimos viajar sin parar hasta Mirleft. La oscura carretera no redujo la velocidad con la que Ciro nos conducía, y apaciguabas tu terror llamando a un colega y demandando vuelos desde Agadir o Marrakech, pero nosotros ignorábamos tus miedos y finalmente no nos abandonaste, gracias a tus tranquimacines.
Después de ese viaje, el elenco se redujo a tres porque Loïc se colocó en las Antípodas, y su marcha parece significar ahora preludio de sueño irrevocable. Ni amores ni negocios marchaban, sólo tomó ventaja la enfermedad y en ese trance decidiste emular a Séneca.
Pero fueron muchos los días con sus noches donde fuimos tres, donde abandonabas Villa Margarita y te hospedabas en Mayor. Contabas episodios de tu vida y la concurrencia de los sábados reía y pedía bises, pues no hubo mejor narrador de su propia historia que tú, sacerdote apóstata, marica vanguardista, hombre entre los hombres.
La irritación que tus desmadres provocaban era un precio justo que pagaba quien te quería. Pues… ¿quién fue mejor maestro en la enseñanza de los irreales paraísos? ¿A quién debo, si no, las felices noches de delirios, la luminosa asunción del vértigo con el que vivo? Esas fueron mis razones para hacerte desistir, pero, ¿quién detiene a este salvaje, quién desdice a este reo de sus libres decisiones?
Cambiaste la escenografía para morir sin cruces sangrientas en tus muñecas, y el dios de última hora al que te ofreciste no fue más que un Sócrates vendido a las nuevas cicutas del trapicheo y la fanfarria. Enhorabuena, Julio. Gracias por aliviar la circunstancia. No tuvimos que buscar un departamento con bidet, condición imperiosa para atraerte a la caótica ciudad. Se perdieron los días californianos entre las lágrimas y la perplejidad. Desde Sherman Oaks hasta este Eje Central hemos inventado un templo volátil donde podemos castigarte a placer, pues ni muerto conseguirás que el olvido se zampe los azules días donde fuimos tres.
Nota para el Juez: Si la magia es testimonio, apunto, Señoría, que tuvimos un aviso de las intenciones de nuestro amigo Julio Romero. Durante nuestro viaje por California, Arizona y Nevada, nuestra cámara digital se empecinó en sacar una imagen de este ilustre pendejo tomada un año antes. Dicha imagen reaparecía insistentemente cada noche al descargar los archivos en el ordenador, a pesar de haber sido borrada de la memoria de la tarjeta unos diez meses atrás. Destaco el inexplicable suceso por si se honra condenarnos a viajar eternamente sobre el lomo de su último expediente.
Mili Crespo
Sin vergüenza
Vendrá el tiempo
a desmentir el juego
de los convencidos
y sonarán como cantos gregorianos
en las tempranas mañanas
el latido indecente de los sentidos.
Se abrirán
cielos más serenos
y a los días que ya murieron
se otorgará
el adiós de los valientes
sin recordar,
sin repetir la vieja letanía
por la que ciegos y cansados
estamos en este hoy sin nada
y todo por delante.
Vendrá el tiempo a
certificar el camino abierto
a los que aún buscan,
a los que no contemplan
las estancadas aguas
del pasado
TERESA
Duerme Teresa y sueña
sin ser perdonada
que un hombre viejo la lleva
hasta la fuente de Roya.
Con una esponja frota sus pechos
hasta hacerlos crecer;
hasta quitarle la culpa;
hasta encenderle el deseo
que bulle dentro de una niña
que ya no es Teresa.
Gramática subversiva
Una que jamás oí fuera de Estepa: Vilorio . ¡Qué vilorio!, se dice de alguien que es tontuelo pero vivo a la vez. Adjetivo contradictorio. Nunca acabas de saber si lo sueltan con desprecio o con cariño.
Un titular del periódico El Universal de México:"Quieren boletinar a rijosos en antros"
LA EXTRAÑA DESAPARICION DE LA REPUBLICA DE CALAMBURA (Novela para jugar, colectiva)
Seccion para todos los ávidos de la RAE
Y otra con la "A": Aclla.