martes, 15 de abril de 2008

¡EL DINERO HABLA!

R-E-A-L-I-D-A-D.
La campaña contra la prostitución del Ayuntamiento de Madrid me sacó del canal de las soflamas y me puso a los pies de la investigación. Cada amanecer, en las pausas de los informativos locales, se escuchan estos dramas monetarios:
"Hola, soy un billete de cincuenta euros. Viajo por muchos sitios pero ayer me llevaron a un burdel y fuí canjeado con otros compañeros por una kalashnikov". No menos insensato es el destino del billete de 20 euros, el bolsillo del proxeneta. El de 100 euros se ácaba codeando con los grandes traficantes .
Me pregunté en esas horas intempestivas , las cositas que podrían decir los billetes que circulan en las grandes empresas, en los bancos y en los Presupuestos Generales.
Hola soy un billete de 500 euros y mi vida es muy triste. Me retiene un señor en su caja fuerte para "darme a valer", para que mi ausencia desbarate los tipos de interés.

lunes, 14 de abril de 2008

En A Coruña

Cuando llegamos al palacete, en esa plaza que está junto al mercado más gallego y más florido de Galicia, el candidato ya llevaba muchas horas de entrevista con los mass media. Justo cuando me tocó , la puerta se entreabrió y una chica con acento gallego , es decir, de la misma tierra que parió al candidato, salía con ojitos de pez moribundo. ¿Has visto alguna vez, mi Gabriel, un pez ahogándose vivo fuera del agua? Así salió la galleguiña. Pobre chica. Una cara de triángulo que sostenía un par de ojos verdes turbios. Este tío está de atar, me dije mientras chocaba con su melena hueca y su enanez recostada en el sillón. Ni se te ocurra preguntarle por sus méritos. Ya no tendrás más entrevista que una sarta de auto elogios que envenena hasta el más paciente. A mí no me la dan con ese queso, trigueñina, me dije para mis adentros. Pero estaba visto que la muchacha llevaba razón. España, -mi país-, la tierra de mi papá, Hermógenes, y de mi abuelo, Manuel, era purito manantial, cauce infinito por donde nadaban los pendejos más pendejos. Grabriel puso el trípode y se olvidó de la cámara. Nena, el gran angular, así vas a tener todo el rato a este besugo. Y el besugo optó por perder la vergüenza, vanagloriándose hasta el infinito y más allá. Mi papá solo me cacheteó una vez en mi vida. Más que la cachetada, recuerdo el momentazo y la sentencia: Para hablar hay que saber. Este deslenguado, si sabía, lo ignoraba. Un rubor me crecia desde la pantaleta hasta el escote. Hasta yo misma, que paso muchas horas bendiciendo mi estampa frente a los espejos, encontré bien ridículo al candidato. El mundo parecía contar solo con su persona para apañarse. Habráse visto. El animalito ensartaba toda clase de elogios hacia su pellejito. Si alguna vez tuvo abuela, la debió perder a temprana edad. Que si soy el mejor, que si el que mejor escribe, que si el presidente no encuentra a nadie de mi talla para dirigir la cultura. Que si este país, sin mi aura se come un colín. Aguanten ustedes la prepotencia de este energúmeno sin atiborrarsee de ostras, percebes y ribeiro. Mi colega llevaba razón. Con esta clase de pendejos, una, lo que realmente quiere es abandonar el barco, asociarse con las ratas y no querer saber nada más. Ya pueden reírse ustedes de la madrastra de Blancanieves. El candidato se pasó las 24 horas del día asegurando a todo mundo que España, sucumbiría sin su presencia. A mí me daba que más bien sería lo contrario: España se iría al carajo con su gobierno. Pero mi papá, Hermógenes y mi abuelo, Manuel, me educaron en la creencia de que España tardaba bastante rato en reaccionar ante sus grises. Qué penita Bucaramanga. Que penita ir por el mundo con este pasaporte. Qué penita tener hambre y necesitar la ciudadanía europea. ¿A que me quedo con Berlusconi? Los canallas con pedigrí resultan menos inquietantes que los soberbios patrios. Hasta Gabriel me parecía mejor persona. Anda, mijo, llama a tu Amanda y sácame de este arrabal. ¿Qué no se dan cuentan, ustedes, de que este monstruo les va a gobernar a coces?. Menos mal que regreso a Madrid. Por lo menos mi jefe, el Joputa, tiene claro lo que ve en mí. Este candidato me llenó la panza de serpientes y nació bien adentro lo que más temía: conciencia social.
Menos mal que mi jefe, el Joputa, me da una de cal y otra de arena. El jueves me la paso dando vueltas con los de Circo Price. Necesito sacarme estas serpientes de la tripa. En O Grove me limé las esquirlas , la horita fatal de ese auto encumbramiento demoledor. Yo vivía bien mi nueva condición de arraigada en la piel del toro. Maldito este cardado que me echó de bruces a la hoguera de la realidad. R-E-A-L-I-D-A-D. ¿Me comprenden? Esta putada en toda regla me acercó a necesidades que no necesitaba. Perdonen la redundancia pero la experiencia desbarató mi sintaxis.