lunes, 7 de julio de 2008

TERESA

Cada mañana, me enfrento a unos enormes ojos azul celeste, sostenidos por una fina capa de coraje. Teresa soporta mi desorden, me enseña a no colisionar en el breve espacio de la trastienda donde nos vemos obligadas a convivir. Teresa se debate entre su vida de siempre y su nueva húesped. A veces, lo lleva bien; a veces quiere despachurrarme contra la tarima bañada por los restos de celofán. Teresa adivinó el personaje de "La extraña desaparición de la República de Calambura". A diario, le gano la partida: Vencida ante mis afectos, resuelve hacerse amiga y compañera. Tened la paciencia de leerla; si se desliza igual por las palabras que por su danza, os aseguro que la buscareís, impacientes y felices, en el segundo capítulo.
Como yo, asistiréis a las mejores lecciones de compostura. Con ella os dejo. Teresa y sus ojos tan, tan azules.... Los lunes serán viernes a partir de ahora.